martes, 31 de marzo de 2015

IMM 16: el que llegó volando

 Algunos están boca abajo; pero vamos a echarle la culpa a que vinieron mareados
del avión.
Nueva escapada a España y, como de costumbre, me he venido con otro lote de libros viajeros. Los pobres han venido desperdigados por todas partes, como si fuesen material de contrabando: unos cuantos en la maleta facturada, otros en mi bolso de  mano y uno en la maleta de Jean (introducido de forma clandestina para que no se vuelva loco y grite: Non, mais là il faut arreter avec les livres! Il n'y a plus de place!).
Varias de mis adquisiciones vienen de mi ronda habitual de librerías alicantinas (que podéis descubrir aquí); otras llegaron puntuales a casa gracias a un pedido que hice a Iberlibro, y una la encontré mientras ayudaba a la familia a hacer limpieza en el garaje. Me alegré un montón porque tenía la novela anotada en la lista de títulos por comprar, y mira por donde, estaba esperándome en casa de mis padres. No se exactamente a quién perteneció el libro, pero en todo caso les felicito por haberla comprado en su día. Es cierto que el pobre está algo hecho polvo, pero creo que conseguirá aguantar unas cuantas lecturas suplementarias. 
El botín pues, se compone de cinco ejemplares de segunda mano y cuatro recién salidos  de imprenta.  No les hago esperar más y paso a las presentaciones.


Así de grande de Edna Ferber 
Empezamos con las historias de América (estadounidense en este caso). Buscando títulos para mi Century of Books, di por casualidad con esta novela galardonada con el Pulitzer y me fascinó la historia de superación que prometía; la de Selina Peake, una maestra luchadora que debe enfrentarse al matrimonio, la viudez y a la crianza en soledad de su hijo en el Chicago de principios del siglo XX. 
Veremos si ha sido una buena elección para mi año 1924.

Nuestra hermana Carrie de Theodore Dreiser 
Este es el libro que encontré para mi regocijo en las estanterías del garaje. Al igual que La Jungla de Upton sinclair, quise que formara parte de mi Century porque es una obra clave del naturalismo americano. Una de esas novelas que muestran con detallado realismo la vida en esa "jungla" despiadada de las grandes ciudades. Esta es la historia de Carrie Meeber una joven ingenua y soñadora que deja su pequeño pueblo de Wisconsin para triunfar en Chicago; y de como después de grandes sacrificios y terribles experiencias, logró el éxito pero no la felicidad. 

El rancho de la U alada de B.M Bower. No nos movemos de los States y con una buena montura y un sombrero Stetson nos trasladamos al rancho de la U Alada.  Allí nos espera un grupo de rudos vaqueros y una joven doctora que está dispuesta a revolucionarles la existencia. En especial la de Chip, un vaquero reservado y arisco, al que le costará bastante reconocer lo mucho que le importa "la doctorcita".
Después de la fascinante aventura que supuso Cartas de una pionera, los chicos de Hoja de lata no tienen que insistirme mucho para que decida embarcarme hacia el Oeste. 

Ana la de Álamos ventosos de Lucy Maud Montgomery
Y para cerrar el grupo americano, hacemos una pequeña parada en Canadá. No podía venirme de España sin el último tomo publicado de las aventuras de Ana. En esta cuarta entrega,  debe despedirse de Tejas verdes para abrirse camino en la opulenta sociedad de Redmond. Allí, Ana continuará ejerciendo su labor de profesora y empezará los preparativos de su boda con Gilbert, su amor de la infancia. 
Acabo de releer Ana la de la Isla, por eso voy a dejar descansar este último tomo en la estantería por un tiempo. Aún así, que satisfacción me da tenerlo bien a mano para cuando se presente la ocasión de volver a Avonlea.


Las cuatro gracias de D.E Stevenson Con Las cuatro gracias llega el momento de abrir el cajón británico; y que mejor que hacerlo con una historia típicamente british. Un vicario rural y sus cuatro hijas son los protagonistas de una novela ambientada en plena IIGM.  A través de sus vivencias, seremos testigos de como un pequeño pueblecito inglés se enfrenta al temor y al esfuerzo que supuso el conflicto. 
Cruzo los dedos y espero tener más suerte con este nuevo Stevenson que con Sarah Morris Remembers. Lo terminé la semana pasada y fue una pena no disfrutarlo tanto como pensaba. Os contaré un poquito más en la reseña.

Una habitación propia y Tres guineas de Virginia Woolf. Cuando vi esta nueva edición de bolsillo no pude dejarla. Ya tengo en mi poder una edición de Una habitación propia que guardo como un tesoro; pero llevaba tiempo buscando una edición de Tres guineas en español y por fin la tengo. La cultura de guerra, el patriarcado, la educación y el trabajo femenino son algunos de los temas que Woolf analiza en este ensayo. 
Tengo en preparación varias entradas dedicadas a Virginia, y me tiene tan fascinada que no creo que tarde mucho en leer Tres guineas.

Spinsters of this Parish de Sybil Oldfield  
Creo que ya podéis intuir lo mucho que me gustan las historias de solteronas, dados los títulos que voy enseñando por aquí. Por eso cuando, rebuscando en el catálogo de la editorial Virago, llegué hasta este sugerente título no pude resistirme a comprarlo.  Este ensayo biográfico traza las vidas de dos solteronas injustamente olvidadas: Flora Mayor y Mary Sheepshanks. Dos mujeres, una escritora y otra activista, que lucharon a través de sus escritos y acciones contra las convenciones victorianas que encorsetaban a la mujer. 
Será un perfecto punto de partida antes de internarme en la obra de ambas. Y que gran sorpresa me llevé al ver que Rosamunde Pilcher había escrito una introducción en una edición actual de un libro de Mary Sheepshanks. Es más, la edición forma parte de una colección titulada: Rosamunde's Pilcher Bookshelf.  ¡Esa estantería tengo que investigarla a fondo!

Memorias de la condesa de Espoz y Mina
Y hablando de mujeres olvidadas es imposible no citar a Juana de Vega, la condesa de Espoz y Mina. Descubrí su nombre mientras leía el tercer tomo de la valiosa colección Historia de las mujeres en España y América latinay me sorprendió muchísimo que la esposa de Espoz y Mina, uno de los mayores defensores del liberalismo español, llegase a ser aya y camarera mayor de la reina Isabell II. Para saciar mi curiosidad decidí saber más sobre ella y así fue como descubrí el libro que recoge sus memorias. En la sinopsis se señala el empeño que puso en formar y educar a la reina en el amor y la defensa de la libertad. Viendo el resultado del reinado de Isabell II, me pregunto en que falló o que impedimentos tuvo Juana para lograr su propósito.

Adieu prairies hereuses de Kathleen Raine
Y por último un libro que compré por mero impulso ya que desconozco absolutamente todo sobre Kathleen Raine, su autora. Leo en la red que fue una célebre poetisa, erudita y crítica inglesa, pero reconozco que lo que a mi me llevó hasta su obra fue la sinopsis francesa de su autobiografía. Dice así:
"En esta autobiografía, Kathleen Raine traza el itinerario de una infancia singularmente consciente y dificil. Criada en los páramos salvajes de los confines de Escocia, sujeta al peso de las convenciones sociales, la pequeña Kathleen se libera de las obligaciones a través de los sueños, la reflexión y la poesía. Seguimos en estas páginas, la evolución de esta adolescente que intenta aunar el lirismo de las leyendas escocesas heredadas de su madre y el rigor crítico y moral de su padre."
No tengo idea de lo que voy a sacar de esta lectura; pero esos páramos de Escocia y esa infancia pasada entre poemas y leyendas, no podía dejarlos pasar.

Y hasta aquí las últimas adquisiciones. Como siempre si queréis que amplié información sobre alguno de ellos o tenéis cualquier duda al respecto: precio, donde encontrar ediciones, libros similares…no tenéis más que decírmelo en los comentarios; será un placer contestaros, aunque me demore un poco en hacerlo, perdonadme :)
¡Muy felices lecturas a todos!

miércoles, 25 de marzo de 2015

Confesiones de una heredera con demasiado tiempo libre de Belén Barroso

Jane Austen
Tarde de tacitas y buena lectura
La semana pasada, mientras recorría la cada vez más exigua sección de libros de El corte inglés de Alicante, me llevé una enorme sorpresa. En la mesa de novedades, junto a los últimos títulos de nombres consagrados, avisté una portada que me era familiar. ¡Mr Darcy santísimo! ¡Ahí estaba el libro de Belén!  
Me dio una alegría tan grande verlo allí, tan bonito, tan apetecible para nosotras, amantes de las tacitas, que en un momento de locura vandálica, me apeteció amontonar el resto de títulos en un rinconcito y colocar el libro de Belén por toda la mesa.
Porque si, señores y señoras que juzgan a las lectoras "de tacitas"; nosotras también tenemos sangre en las venas y en la taza lo mismo podemos llevar una indefensa manzanilla, que ginebra, que veneno para los idiotas. 
Al final, claro está, conseguí contenerme; pero desee gritar a todo el mundo: ¡Podréis acusarnos de ñoñas y soñadoras, pero leed esto y veréis como nunca podréis achacarnos nuestra falta de sentido del humor! Podemos reírnos de nuestras heroínas, de sus pretendientes y hasta de nosotras mismas, siempre que sea de forma inteligente. Siempre que el humor llegue de manos tan hábiles como las de Belén. 

Veréis, esto no lo puedo afirmar con rotundidad, porque yo con el más allá no hablo (todavía), pero estoy casi segura de que Jane habría disfrutado de lo lindo leyendo estas "Confesiones". Ya oigo las carcajadas resonando entre las paredes de Chawton. Exactamente las mismas que se oyeron en mi casa y estoy convencida, en todas aquellas que acojan este libro entre sus estanterías. Ya lo dice Belén en las páginas de su novela (y podéis creerla a pies juntillas) "¡es increíble la de casualidades que le ocurren a una jovencita con demasiado tiempo libre que vive en el condado mas aburrido de todo el reino de su gloriosa majestad!". Y es que en Pasley Manors, la imponente mansión donde transcurre la historia, no puede estar uno libre de sobresaltos.


¡Bienvenidos a Pasley Manors!
Imaginad una bella mansión inglesa con sus espléndidos salones y jardines ¿lo tenéis? Bien. Mi  Pasley Manors se parece al de la fotografía, pero eso ya va al gusto del lector. 
Como no podía faltar, tenemos entre sus moradores a madres casamenteras, nobles ociosos y extravagantes, mayordomos, damas de compañía, pretendientes y, como no, jóvenes casaderas. En especial una, que no tiene nombre, pero si labia y cuerda para rato. Gracias a la abundante correspondencia que mantiene con su amiga y confidente Edwina, nos introducimos en un mundo de bailes, meriendas y reuniones sociales que hará las delicias de todos los amantes de las historias de época. Y no únicamente.
Si este hubiera sido un romance de regencia cualquiera, hubiera podido darse el caso; pero en esta ocasión falta añadir un par de ingredientes que marcan la diferencia: un humor inteligente y una fina ironía que son marca personal de la autora.
Me es muy difícil escoger algunos fragmentos, pero tened una pequeña muestra con semejantes perlas:


"Una vez tuvimos un basset, pero, como era una boca más que alimentar, hubo que decidir si nos quedábamos con el o con mi hermano pequeño Arthur.
-¿Y quien ganó?
-¡Me ofende la duda! ¡Somos ingleses! El basset, por supuesto. Pero se fue con un vecino que le daba más de comer y nos tuvimos que quedar con Arthur."

"Querida hija mía, nos hemos quedado solos tú y yo. ¡Que vacía parece la casa!
-Si, padre.
-Es la primera vez que veo esa esquina, siempre había algún niño delante."

Así empieza cada una de las cartas: "Querida Edwina…"
Belén demuestra entre guiños de humor que conoce al detalle la época en la que enmarca su historia. Costumbres, diferencia de clases, convenciones sociales, los gustos literarios de una gran parte de la clase pudiente (¡ay aquellas "novelas tontas de ciertas damas novelistas" como diría George Eliot, plagadas de raptos, piratas y bandoleros). Todo pasa por su criba y se convierte en material para arrancar la sonrisa del lector.  
Al final, lo que tenemos entre manos, es un divertido homenaje a todas aquellas novelistas que nos han hecho soñar con sus historias, en especial, la gran Jane Austen. Una autora a la que Belén dedica guiños constantes que harán las delicias de todos los austenitas.

Cierto es que escribir humor, y resultar gracioso sin sonar forzado y sin caer en el mal gusto es  complicado. Pero Belén, con la elegancia y la finura de toda una señorita de época, lo ha conseguido.
No se que pensará ella de tal comparación, pero mientras leía, encontraba en sus páginas reminiscencias del humor de mi querida E.M Delafield y su Dama de provincias. Y si ella me enamoró con el personaje de Mademoiselle, la niñera francesa, Belén lo ha conseguido con Miss Peabody. Esa misma que afirma con orgullo "llevo sembrando el aburrimiento entre jóvenes desde 1780 y puedo decir que estoy muy orgullosa de ello".
Por eso, como ferviente admiradora que soy, le pido para ella una historia propia. ¡Cuanto juego no darán todos esos jóvenes desgraciados bajo su implacable yugo!

Solo puedo despedirme recomendando con total sinceridad tu libro y dándote mi enhorabuena Belén. Desde aquí, desde este reino (perdón, república) que vio nacer los jardines geométricos y los setos invasores, te mando toda la suerte del mundo :) 

Un abrazo a todos y ¡muy felices lecturas!

viernes, 20 de marzo de 2015

Mary Barton de Elizabeth Gaskell

Preciosa edición de  Alba.
Corría el mes de octubre de 1848 cuando "Mary Barton", la primera novela de Elizabeth Gaskell, fue publicada. Atrás quedaban largos meses de negociaciones entre la autora y su editor Edward Chapman; un tiempo en el que ambos discutieron sobre el título adecuado para la novela, los retrasos en el pago de honorarios y los rumores que acarreó la publicación anónima del libro. 
Estos y otros detalles del proceso de edición, quedaron bien reflejados en la prolífica e interesante correspondencia de Elizabeth. Yo he ido leyéndo con calma la edición de sus cartas publicada por Mandolin y puedo aseguraros que Gaskell me ha cautivado con sus cartas tanto como con sus novelas. 
Es un placer descubrirla en el papel de madre que aconseja y alienta a sus hijas, en el de amiga, y como no en el de escritora. Sus cartas están llenas de alusiones a sus trabajos, al proceso de escritura y al reconocimiento que le proporcionó su obra. 
En el caso de "Mary Barton" es interesante leer una carta fechada el 28 de abril de 1850, cuando la novela ya se había convertido en todo un éxito editorial: 

"Escribir Mary Barton fue un auténtico placer para mi […] y la recepción que tuvo fue una gran sorpresa. Nunca pude imaginar el número de amigos y enemigos que me proporcionaría; aunque estoy contenta de que los últimos estén desapareciendo y los primeros se hayan convertido en duraderas amistades. Creo que el gran motivo de su éxito fue la fecha de su publicación, las grandes revoluciones de Europa pusieron el foco de atención sobre las injusticias sociales y los enormes contrastes que existen en las antiguas naciones."

Y es que la publicación de una novela como "Mary Barton", en pleno 1848 punto álgido de las revoluciones liberales del siglo XIX, no podía pasar desapercibida.

Manchester. Ciudad emblemática de la Revolución
industrial.
Pongámonos en situación. La revolución industrial avanza imparable, y en las ciudades fabriles del norte de Inglaterra pronto se hacen notar sus consecuencias. En Manchester, ciudad gris, húmeda y masificada, viven las dos familias obreras que protagonizan "Mary Barton": los Barton, familia de la joven que da título a la historia, y los Wilson. 
Ambas familias conocen la miseria, la falta de trabajo y la tragedia de ver morir a sus seres más queridos. Pero, pese a las tragedias, los supervivientes siguen adelante. 
Mary crece hasta convertirse en una bella joven que muy pronto despertará la atención de varios pretendientes. Uno de ellos es su amigo de infancia Jem Wilson, un joven trabajador y honrado que tiene puestas todas sus esperanzas de felicidad en ella; el otro es el distinguido Henry Carson, hijo de uno de los poderosos patrones de la industria textil.
Un triángulo amoroso se establecerá entonces, y sobre un trasfondo de miseria y penalidades, se ligará una historia de amor y de lucha llevada hasta las más terribles consecuencias.

Recuerdo que cuando os hable de "Los amores de Sylvia", la última novela de Gaskell que apareció en el blog, os advertía del tono sombrío y la terrible sensación de tristeza que envolvía la historia. Hoy, siento tener que recurrir a la misma advertencia; aunque dado el tema central de la novela no creo que os sorprenda. 
Escena en una casa obrera
"Mary Barton" es ante todo un relato realista y descarnado sobre las condiciones de vida de la clase trabajadora en los tiempos de la Revolución industrial. Algunos cuentos y novelas como "A Manchester Strike" de Harriet Martineau (que podéis leer aquí) o "Sybil, or the two nations" de Benjamin Disraeli ya habían llamado la atención del público ante los graves desequilibrios que la revolución estaba trayendo consigo. Pero "Mary Barton" constituyó un punto de inflexión en el genero que pasó a conocerse como  industrial novels.  
Nunca antes una novela había mostrado con tanta cercanía y sentimiento las terribles condiciones de vida que trajo consigo el espectacular desarrollo del sistema fabril. Elizabeth Gaskell vivía en Manchester y conocía de primera mano, gracias a la labor educadora y religiosa de su marido, la realidad obrera de su ciudad.  Es de alabar que escribiese con tanta valentía una novela con semejantes implicaciones políticas y sociales.

Compartir el destino de los Barton, los Wilson y todos los personajes que los rodean es un camino triste y desesperanzador. Las familias y sus allegados sufren hasta extremos insospechados; mueren los más débiles, y a pesar de la lucha que emprenden algunos como John Barton, el padre de Mary, nada consigue vencer la injusticia y la miseria. Elizabeth Gaskell no nos ahorra sufrimientos y las escenas que transcurren en los hogares obreros, si esos tugurios pueden recibir ese nombre, son terribles y oscuras. 
Apenas hay momentos de luz y felicidad en la novela; pero cuando estos aparecen, los apreciamos aún con mayor fuerza. Esa luz proviene de la solidaridad existente entre los personajes; de esa piña que hacen frente a la adversidad. El amor de John por su hija, o el de Job Legh por su nieta Margaret, la amabilidad de Alice Wilson, o el amor profundo de Jem por Mary, hacen que merezca la pena ser testigo de tanto sufrimiento.


Pese a ser su primera novela, Gaskell hace un trabajo impecable en la caracterización de sus personajes. Impecable es la psicología de John Barton; como Gaskell traza las raíces profundas de su rencor, de ese odio hacia los patronos que le lleva a actuar de forma tan trágica.  También el personaje de Jem, su bondad, su entrega; y , como no, el bueno de Job Legh, un hombre sabio sumido a los vaivenes de la miseria que sin duda es mi personaje favorito de la novela.

Dos clases completamente opuestas, pero 
dependientes la una de la otra.
A los logrados personajes se suma una perfecta descripción de los emplazamientos de la historia: tanto de las humildes viviendas de los obreros, como de la magnífica mansión de los Carson, la familia burguesa protagonista. Nada chirría, nada falta. Elizabeth es capaz de crear una atmósfera oscura y opresiva que multiplica las sensaciones de tristeza que ya de por si provocan los acontecimientos narrados en la novela. 
Sin duda este es el tipo de material de alguien dotado para la escritura. No se cuanto trabajo previo llevó Elizabeth a sus espaldas, cuantos borradores desechados antes de estar satisfecha. Pero "Mary Barton" es la prueba de que escribir, para ella, no era un simple pasatiempo para las horas muertas. Tenía un propósito y sabía como llevarlo a cabo.

Es cierto que la novela tiene fallos, quizá decae para mi gusto en una segunda parte más rocambolesca y poco consecuente con el estilo y la fuerza dramática de la primera parte. Es una lástima que lo religioso tome el testigo y el tono reivindicativo de los inicios decaiga al final del libro. Pero pese a todo, Elizabeth consiguió su objetivo; aunque de forma prudente y sin llegar a tomar partido claramente, escribió una denuncia valiente y clara de la situación obrera.  Llamó la atención de ambos bandos, como ella dice "condenados a entenderse", y desde su modesta posición les invitó a reflexionar. 

Puede que "Mary Barton" no sea la mejor opción para empezar a conocer la obra de Elizabeth Gaskell. Probad antes con sus novelas rurales o quizá con su gran historia de amor y denuncia "Norte y Sur". Pero si disfrutáis con la novela victoriana, con una buena dosis de realismo, tiernos romances y personajes inolvidables, no dejéis de darle una oportunidad.
¡Muy felices lecturas a todos!

Un libro perfecto para entender las
revoluciones que atacaron el Antiguo
Régimen y mi ejemplar de las Cartas
de Elizabeth.
PD. Estad atentos a Magrat, pronto os dará muy buenas pistas para adentraros en la obra de Gaskell.
PD1. Polly también acaba de leer "Mary Barton". ¡No os perdáis su reseña!
PD2. No puedo evitar compartir con vosotros una crítica de "Mary Barton" publicada unos meses después de la aparición de la novela. Por mi parte podéis fiaros del crítico :)
"¿Quieren saber por qué los pobres, amables y comprensivos entre si como mujeres, aprenden a odiar la ley y el orden, a la reina, los Lores, a los comunes, los políticos, y en definitiva a todo el que consideren adinerado? Pues lean Mary Barton. ¿Quieren saber que lleva a los valientes, honestos y trabajadores corazones del norte al suicidio, la conspiración, el lanzamiento de vitriol y al asesinato a medianoche? Entonces lean Mary Barton. ¿Quieren saber lo que impulsa a los hombres hacia la ginebra y el opio, abocándolos a la locura con tal de olvidar el dolor? ¿Quieren tener una visión detallada de toda la ciencia de morir de hambre- clemming- como lo llama la jerga de Manchester? Entonces lean Mary Barton […]"
Fraser's Magazine, volume 39, April 1849.

miércoles, 11 de marzo de 2015

Premios y ronda de agradecimientos.

El pasado sábado me monté en el avión y aparecí en Alicante por sorpresa. A mi familia casi le da algo; pero pronto se recuperaron todos del susto y hemos estado disfrutando cada momento desde entonces. Estaré aquí hasta el próximo lunes y, por si acaso fuera difícil publicar antes, no quiero dejar pasar más tiempo para agradecer un buen puñadito de muestras de cariño.

El primer agradecimiento va para vosotras, mis queridas Pilar y Winnifred. Recibir vuestros paquetes fue una enorme alegría, y entre las dos me habéis equipado con todo lo que necesito: una nueva lectura y marcapáginas para acompañarla, una preciosa libreta donde anotar ideas y libros por comprar, un bolígrafo adorable al que ya he bautizado como cuzquita, un estuche, llaveros…
De corazón ¡muchísimas gracias! 
¡Esto parece Navidad!
También quiero darles las gracias a Raquel y a Jorge, los responsables de dos fantásticos rincones que tenéis que descubrir (si todavía no lo habéis hecho), Al buen tuntún y Persiguiendo dragones. Raquel me otorgó el premio Mejores amigas Blogger y Jorge el Liebster Adward. Ambos venían acompañados de una misión: responder a una serie de preguntas y contar 11 datos sobre mi, así que... allí voy con las respuestas:

Mira que mona iría yo con
alas y todo.
Una cosa que cambiarías de tu situación actual. 
Que fuera posible tener cerca a mi familia. 
¿Qué no perdonarías nunca? Nunca digo nunca. 
¿Tu disfraz perfecto cuál sería? El vestido de Drew Barrymore en Por siempre jamás
¿Crees en el amor para toda la vida o es un cuento de hadas? Aunque el amor cambie y evolucione con el tiempo, creo que es posible querer a una persona toda la vida. 
Una canción que sea importante en tu vida. Partons vite de Kaolin (aqui la tenéis traducida).                                                      

Y ahora once cosas sobre mi (no son muy interesantes pero bueno aquí van):         
                                                                                                        
- Tengo 28 años, aunque todo el mundo me resta siempre unos cuantos.             
- Soy hija única y nieta única por parte materna.                                                           
- Nací en Alicante pero vivo en París desde hace cuatro años.
- Hice toda mi escolaridad en colegios religiosos. Salí de allí agnóstica.
- Cuando tenía nueve años pedí a los Reyes magos una máquina de escribir; la conservo como un tesoro.
- Estudie la licenciatura y el master en la preciosa ciudad de Aix en Provence.
- Fui Erasmus y, sin duda, fue una de las mejores experiencias de mi vida. 
- Me encanta viajar, aunque detesto los aviones.
- "Hojas de hierba" de Walt Whitman es mi Biblia. 
- Adoro las flores y mis preferidas son las hortensias, las fresias, los ranúnculos y las lilas.
- Podría alimentarme única y exclusivamente de arroz a banda y tarta de manzana.

Y hasta aquí la ronda de cotilleo :)
Muchísimas gracias de nuevo por la nominación, e invito a todo aquel que quiera responder a las preguntas a que se anime. ¡Estáis todos nominados!

Un abrazo y muy felices lecturas a todos.
PD. Perdonad que demore tanto responder a vuestros comentarios. El tiempo se me escapa de entre los dedos y siempre acabo postergándolo. He ido poniéndome al día, poco a poco, y he respondido en muchas entradas anteriores. Si quedó alguna pregunta por resolver o alguna conversación pendiente, por favor pasaos por allí y encontrareis mis respuestas :)

viernes, 6 de marzo de 2015

Qué verde era mi valle de Richard Llewellyn

Mi ejemplar de ocasión.
Es posible que no todos vivamos la experiencia de la vejez. Esto es así nos guste o no. Pero, si hay algo que todos hemos podido compartir, es el haber sido niños. Todos empezamos un día el colegio, afrontamos nuestros primeros miedos y encontramos refugio en los brazos de nuestros padres y familiares. De todo ello, años después, solo queda una amalgama de recuerdos más o menos difusos. La verdad es que no se de donde nace la predisposición de cada uno para conservar más o menos recuerdos; pero, aunque sean pocos, todos atesoramos unos cuantos. 
Hace unos años mi padre tuvo que hacer un discurso en el pueblo que le vio nacer. Me pidió consejo para redactarlo y entre los dos conseguimos salvar los papeles recurriendo al poder del recuerdo. No sabemos si fue el discurso adecuado para la ocasión, ni si estaba todo lo bien escrito que deseamos; pero lo que si supimos es que conseguimos emocionar al auditorio. Yo lo percibí al ver la cara de la gente mientras leía mi padre, y él mismo, lo experimentó cuando al terminar,  recibió un atronador aplauso y la felicitación personal de muchos de los presentes. Si de algo nos sentimos orgullosos ese día fue de haber llegado al corazón de la gente. 
Al hablar de sus propios recuerdos mi padre enlazó vivencias de varias generaciones. Todas habían andado por las mismas calles, cantado las misma canciones y vivido idénticas experiencias: la mona, la subida al Santo cristo, los veranos de casetas, las fiestas patronales...
Recuerdo que aquel discurso se cerraba con la frase atribuida a Marcial: "Poder disfrutar de los recuerdos de la vida es vivir dos veces".

Esa es la experiencia que proporciona Qué verde era mi valle. Una novela donde los recuerdos son  los auténticos protagonistas.

"Cuán verde era entonces mi Valle, y el Valle de los que se han ido"
De la mano de Huw, personaje principal y narrador de la historia, entramos en casa de los Morgan; una familia minera que vive en el sur de Gales a principios del siglo XX. Allí encontramos a Beth, su madre; una mujer valerosa, consagrada al bienestar de los suyos. A su padre Gwilym, un hombre íntegro y trabajador; a sus cinco hermanos, rebeldes y mineros como su progenitor, y finalmente, a sus dos hermanas la dulce Ceridwen y la apasionada Angharad. Pronto llegaran las esposas de sus hermanos mayores, en especial Bronwen por la que Huw siente un enorme cariño. Junto a ellos y al pastor del pueblo, Huw ira creciendo entre la belleza hasta ahora intacta de su valle. 

En un largo ejercicio de memoria el protagonista de Qué verde era mi valle narra como era la vida en los tiempos de su niñez y juventud. Como los sábados, día de paga, las monedas caían sobre los delantales de las mujeres; como estas esperaban inquietas, frente a la puerta de su casa, la llegada de sus esposos, hermanos e hijos. Los domingos de rezos y celebraciones, los combates de boxeo y los cantos galeses rompiendo el silencio del valle. Una serie de momentos apacibles en la vida de un niño que no por ello desconoce los problemas y la dureza que trae consigo el trabajo de la mina. 

Huw es un niño inteligente que admira a sus hermanos y a su padre por encima de todo. Gracias a las enseñanzas de este último y a las del pastor Mr. Gruffydd, Huw irá curtiéndose y enfrentando el camino de la adolescencia. Las mujeres de su familia serán el otro pilar de su educación.  ¡Qué hermoso homenaje a la mujer hace Richard Llewellyn cuando retrata a las Morgan! Todas ellas son valientes, delicadas y femeninas si la ocasión lo requiere, pero duras como la roca cuando defienden a los suyos y sus intereses. 
Sin duda Richard Llewellyn sabía como crear personajes; todos ellos desprenden humanidad y autenticidad.  Las escenas que protagonizan en su cocina, en las laderas del valle o en lo profundo de la mina rebosan de vida, de sonidos y olores.

Pero como tantas veces sucede, el final de la infancia coincidirá con la toma de conciencia del duro mundo que le rodea. Huw irá viendo como, poco a poco, su valle se ve asolado por las huelgas, la destrucción del paisaje y la separación de las familias que recurren forzosamente a la emigración. A lo largo de una historia, que se prolonga toda una vida,  será testigo de historias de amor, de parejas imposibles, y sobre todo de la inmensa tristeza que supone decir adiós; adiós a todos los que uno ha querido y ya solo existen en el recuerdo.
Imágenes de la vida cotidiana de los mineros galeses. Es cierto que la
novela no tiene la fuerza reivindicativa ni el realismo de Germinal, pero
con la lectura podemos hacernos una idea de las terribles condiciones del
trabajo en la mina.
Qué verde era mi valle es una historia de iniciación, que estoy segura conquistará a los que disfrutaron con Un árbol crece en Brooklyn o Matar a un ruiseñor. Todo en ella destila el amor profundo que el autor sentía por sus orígenes galeses. Las preciosas descripciones y el orgullo que sienten los personajes por su país, sus costumbres y su lengua así lo demuestran.
Quizá mi única pega haya sido la traducción de mi edición. Yo no entiendo mucho del tema, y dejo el juicio entendido a filólogos y traductores; pero a veces, mientras leía, notaba las frases algo forzadas, lo que restaba fuerza al estilo poético y evocador que ha hecho célebre al libro. Espero con ganas que lo leáis y que me contéis que tal es vuestra experiencia. 

Un beso a todos y ¡muy felices lecturas! 

PD. Qué verde era mi valle ocupa el año 1939 en mi Century of Books.
PD1. Aquí podéis ver la adaptación cinematográfica de la novela realizada por el gran John Ford.