martes, 20 de enero de 2015

Cartas de una pionera de Elinore Pruitt Stewart

Preciosa edición de Hoja de lata.
Este invierno está siendo más suave de lo habitual. No hemos notado frío, hemos sufrido pocas nieblas y como última gracia, hemos recibido casi a diario, tímidos rayos de sol. Hoy sin embargo, parece que todo vuelve a la normalidad; hace frío y está nevando. 
Me he sentado junto a la ventana, mientras tomaba el desayuno, y de pronto el olor del café, la vista de los copos y el bote de mermelada de grosellas para las tostadas me han forzado a ir corriendo hacia el teclado. Era el momento perfecto para hablaros de Cartas de una pionera.

Ya sabéis todos lo mucho que me gustan las historias del Oeste americano (en esto y como en muchas otras cosas, Abuelito te debo una). Yo es que no se como me las arreglo, pero no le hago ascos prácticamente a ninguna. Dadme indios y vaqueros, un buscador de oro, un trampero, un fugitivo, unos pistoleros de salón, y me haréis enormemente feliz.

Como veis, en esa pequeña lista abundan los estereotipos que más o menos todos relacionamos con las historias del Oeste, y un dato a tener muy en cuenta es que todos ellos son masculinos. Si quisiéramos dibujar a la mujer de la frontera, no tendríamos más remedio que recurrir a la cantinera escandalosa, a la prostituta, a la dama en apuros o a la hija del ganadero. Esas son las mujeres que pueblan la gran mayoría de historias, películas, y novelas del género. Por eso cuando llega a mis manos un personaje como Alexandra, la protagonista de Pioneros de Willa Cather,  o un libro como Cartas de una pionera, no puedo evitar regocijarme.
Entre los aventureros, entre los valientes, entre los emprendedores que forjaron el Oeste también hubo mujeres, un hecho bien demostrado en los trabajos de Patricia Nelson Limerick y la fascinante New Western History

Ellas, al igual que los hombres y los esclavos (excluidos quedaron, manda narices, los nativos), también tuvieron la oportunidad de beneficiarse de la Homestead Act, ley aprobada en 1862 que prometía 160 acres de terreno a todo aquel que hiciese la demanda. Las condiciones eran que fuesen mayores de 21 años, solteras, viudas, divorciadas o cabezas de familia. Con alguno de esos requisitos y bastantes agallas podían convertirse en homesteaders.  
Ese es precisamente el camino que escogió Elinore Pruitt Stewart. Cargada con su hija, se despidió de su antigua vida de empleada precaria en Denver y viajó a Wyoming para convertirse en  gobernanta de un prospero ranchero y después en propietaria. 
El relato de esta aventura quedó recogido en las cartas que fue enviando a la Señora Juliet Coney, su antigua patrona. Publicadas unos años más tarde en la prestigiosa revista bostoniana Atlantic Monthly conocieron un éxito inmediato y no es de extrañar, Cartas de una pionera es un precioso testimonio de la vida en los indómitos parajes de Wyoming a través de los ojos de una mujer extraordinaria.

De izq. a der. la casa de Elinore en Wyoming, una foto de
familia junto al Sr. Stewart, su hija Jerrine y sus dos hijos
pequeños; dos escenas cotidianas de la vida del pionero.
Tenía la certeza incluso antes de abrir la primera página, de que iba a disfrutar con la lectura, pero nunca imagine hasta tal punto. La alegría que Elinore siente al llegar a su nuevo hogar, al ver colmadas sus ansias de  libertad es tan contagiosa que traspasa cada una de sus cartas.

Todas están llenas de personajes e instantes fascinantes: como la noche de tormenta en la cabaña del bueno de Zebulon Pike, la navidad improvisada para alegrar a unos vecinos en apuros, las excursiones de Elinore entre cañones y bosques junto a su hija Jerrine…todo rebosa belleza, vitalidad y alegría de vivir. 
Y aunque ella se lamente por su falta de formación, las vívidas descripciones de Elinore no tienen nada que envidiar a las de las grandes plumas eruditas; aunque autodidacta, supo captar en sus escritos las vistas, los sonidos, los olores de la montaña y sus habitantes. Leerla es vivir la aventura en primera persona,  disfrutar de una experiencia sensitiva incomparable.

Mientras pasaba las páginas mi admiración y las ganas de dejarlo todo e introducirme de un salto entre las páginas del libro fueron creciendo y creciendo. Solo podía pensar ¡un billete para Wyoming por favor! Aún a sabiendas de que debía ser tan fuerte como ella, de que el peligro y las dificultades nunca estarían demasiado lejos. 
Eso es lo que más me ha gustado de las cartas de Elinore. Su franqueza, el realismo con el que pinta su día a día. Tanto ella como el resto de los personajes del libro, en especial las señoras Lauderer y O'Shaughnessy, hacen prueba de una valentía y una entereza dignas de admirar. Se abastecen de comida, cazan, atienden a un parto a la intemperie a la luz de un candil, amputan un dedo, no tiemblan ante el aullido de los lobos, ni ante una tormenta de nieve inesperada...
¡Como no iban a entusiasmarse los lectores del Atlantic Monthly al leer estas cartas! Cuando uno esta resguardado entre las paredes de un hogar sólido, en la ciudad, no puede evitar soñar con espacios abiertos, con noches al raso y con esa incertidumbre de no saber que encontrará de buena mañana.
Pero una cosa es leerlo y soñarlo y otra muy distinta llevarlo a cabo. Elinore dio el paso y con su humildad y su sinceridad, demostró a muchas de sus compatriotas que con fiereza y determinación era posible alcanzar la independencia soñada. 

No lo dudéis, regalaos este precioso pasaje a la libertad y la aventura.  Encontrareis una narradora entrañable dotada de un delicioso sentido del humor y una apertura de espíritu admirable; y en cierto modo sentiréis que al escribir a su antigua amiga Coney, Elinore lo hizo inconscientemente para cada uno de nosotros:

"Me alegra mucho poder llevarle un poco del aire libre, limpio y hermoso de por aquí a su apartamento para que disfrute, y no hay nada que me haga más feliz que llevar el oeste y su gente a otras personas que de otra manera no podrían gozar de él. Si así pudiera al menos sacarlos de sus problemas y ofrecerles esta brisa tonificante de la montaña, alguna instantánea del paisaje, el olor de los pinos y de la salvia, si al menos pudiera hacer que sintieran la compresión espontánea y dispuesta de estas gentes de la frontera, estoy segura de que se olvidarían sus penas y entonces mi felicidad sería completa".

Hoja de lata ha publicado la segunda parte de las cartas de Elinore, Cartas de una cazadora y desde aquí solo puedo enviarle a sus editores mi más sincero agradecimiento. Gracias por apostar por libros como estos. Pura savia para la mente y el espíritu.

Aquí tenéis un nuevo coup de coeur que espero disfrutéis tanto como yo. Un abrazo y muy felices lecturas a todos.

PD. Este fascinante documental (siento que sea en inglés) narra la odisea de aquellos que se acogieron a la Homestead Act. Una historia hecha de renuncias, fracasos y algunas victorias. ¡Que lo disfrutéis!

22 comentarios:

Agnieszka dijo...

Una historia que da fuerzas para seguir adelante. Me recuerda mucho las novelas sobre Canadá que tanto me encantan últimamemnte, como "Galore" de Crummey o "Touch" de Zentner.
besos

Rustis y Mustis dijo...

Me encantó este libro y tengo muchas ganas de conseguir Cartas de una cazadora. Estoy de acuerdo contigo: a pesar de no tener estudios, Elinore escribía maravillosamente.
¡Un abrazo! (Mustis)

Marie dijo...

Así es Agnieszka, una historia optimista y valiente. Muchísimas gracias por la recomendación. Ya me he llevado muy bien apuntado a Zentner. Me encantará viajar a Canadá.
¡Un beso!

Marie dijo...

Mustis como me alegro de que tu también disfrutases con las cartas de Elinore. Es que son una maravilla. Crucemos los dedos para que Cartas de una cazadora nos gusten tanto. Aunque creo que no va a hacer falta…¡que maravilla es leer a Elinore!
¡Otro abrazo para ti!

Maribel dijo...

No soy mucho de historias del Oeste precisamente por esos estereotipos, pero no me importaría probar con esta u otra novela del estilo. Seguro que es diferente leerlo que verlo en la típica película de sobremesa.
Un beso :)

Seri dijo...

Marie, tu reseña me ha venido de perlas, porque acabo de terminar una preciosísima serie de época que transcurre en el Oeste canadiense y me he quedado enganchada a ese tipo de historias. Salvando un poco las distancias, parece que este libro puede ir encaminado por un sitio parecido, así que ni me lo pienso y voy a ir a buscarlo en cuanto pueda.
Muchas gracias por la recomendación.
Un besote.

Fawn dijo...

Hola bonita! La verdad es que no me llaman mucho este estilo de novela pero después de leer tu reseña, quiero leer este libro!!! :D

Gracias por hacer reseñas tan bellas y que se nos hagan tan apetecibles ;)

Besos de colores, mi linda Marie!

Margari dijo...

Me gustan mucho las pelis del Oeste pero en cambio no he leído ningún libro de este género. Y ahora con la reseña de este libro, me has dejado con ganas. Me lo llevo muy bien apuntado.
Besotes!!!

El baúl de las certezas dijo...

Sólo por cómo lo describes en tu reseña ya dan ganas de leerlo en serio!
Un abrazo!

Anónimo dijo...

Marie:
ahhh, que ganas de leerla ¡veré si puedo hacerme con él!
estas mujeres, tenían que ser valientes y sin miedo al trabajo físico más agotador.
Un beso,
Ale.

Carm9n dijo...

Me he puesto a ver el documental, qué injusto, verdad? Todos podían ser homesteaders excepto lis nativos americanos, los que más derecho tenían a esa tierra... Voy a seguir viendo el documental, Marie, pero antes quería dejarte el comentario. Las historias, reales no edulcoradas, de mujeres luchadoras, me gustan e interesan así que anotado queda el libro.
Vuelvo a pasarme por aquí, Marie, y me verás a menudo, después de estas largas vacaciones blogueras.
Besines,

Unknown dijo...

He sonreído cuando comentas que te encanta las historias que te llevan al Oeste Americano porque mi padre era igual, sobre todo con las pelis y siempre que estaba viendo alguna ya iba yo a decir "otra vez" :-D

Yo no soy tan fan pero sí que disfruto con algunas de estas historias, sobre todo me parecían unos absolutos valientes, y más ellas, por donde vivían. A lo mejor esos ranchos que no había nada a kilómetros a la redonda y lo duro que era el trabajo. La conquista del este tiene mucha épica pero sobre todo cantidad de historias de gente muy normal que se quería salir hacia adelante. Muy interesante y muy bonita tu reseña, se nota lo mucho que has disfrutado y nos lo transmites.

Besines!

Mª José dijo...

Marie,
Me están alegrando la mañana de lunes yendo contigo de la mano de preciosidad en preciosidad, vaya dos títulos de pioneras! Éste también me lo llevo apuntadito...

Seguramente, la historia no tiene mucho que ver, pero me ha recordado a un libro que leí hace unos años y que recuerdo con gran cariño "Montañas como Islas". Seguramente no es un clásico, ni pertenecerá a las historias mejor escritas (algunas veces no me gustó la traducción), pero la historia contada por la boca de un niño de 5 años que queda huérfano y va a vivir al campo con sus abuelos... merece la pena ser leída. Quizás fue el momento en el que lo leí, no lo sé, pero disfruté y lloré tanto. Pero no fueron lágrimas por desgracias, fueron lágrimas que se me resbalaban por la ternura que desprendía el libro (como cuando ahora escucho hablar a Heidi si sale en algún canal y me pongo a llorar como una descosida por lo buena e inocente que era jajaja). Si tienes tiempo o se te atasca alguna lectura, dale una oportunidad. Es una historia sencilla, un libro que se lee rápido pero que, para mí, está lleno de magia.
Este verano me levantaba todos los días a las seis de la mañana, desayunaba y me sentaba a ver el amanecer, esperando al sol y me acordaba de una frase del abuelo de Pequeño Árbol (el protagonista del libro) que decía siempre del sol: "se está despertando".
Un besito Marie, siento el planchón que te acabo de soltar!

Marie dijo...

Minea creo que este libro puede reconciliarte con el Oeste; precisamente porque aporta una visión y unos personajes poco explorados en los clichés típicos. Mujeres fuertes en busca de independencia, tareas cotidianas, ayuda y solidaridad entre vecinos aislados…creo que son relatos que te pueden sorprender y cautivar. Ya me contarás que tal si te animas :)
¡Un beso!

Marie dijo...

Ay Seri ya se cual es esa serie :) Espero que en estos momentos estés disfrutando con Cartas de una pionera. Muchísimo ánimo para esa oposición que tienes entre manos.
¡Un besote!

Marie dijo...

Hola preciosa Fawn!
Mil gracias por tus bonitas palabras; como me alegro de que el libro te haya llamado la atención. De verdad que leer estas cartas es una preciosa aventura.
Mil besos enormes para ti dulce Fawn!

Marie dijo...

Margari si te gustan las historias del Oeste, no dudes ni un momento en darle una oportunidad a estas cartas. Estoy segura de que te gustaran y te mostrarán un oeste desconocido.
Mil besitos!

Marie dijo...

Ali créeme, no le he hecho justicia necesaria al libro :) Es una preciosa lectura y espero que la disfrutes si le das una oportunidad.
Otro abrazo para ti!

Marie dijo...

Hola Ale,
sin duda eran muy muy valientes. Leer su día a día es una aventura maravillosa y enseguida aprendes a admirarlas.
Espero que lo disfrutes si lo lees.
¡Otro beso para ti!

Marie dijo...

Toda la razón Carmen, lo que hicieron con los nativos es una terrible injusticia, precisamente ellos, los originarios de esa tierra. Si te interesa el tema te recomiendo un libro precioso "Enterrad mi corazón en Wounded Knee".
Las cartas de Elinore estoy casi segura de que te gustarían Carmen. Ya me dirás que te parecen si les llega el momentito :)
Un beso y que alegría tenerte de vuelta.

Marie dijo...

Jejeje entonces tu padre y yo haríamos buenas migas :) A mi fue mi abuelo el que me inició :)
Con todo lo que me dices Jane, creo que disfrutarías mucho de este libro. Es precisamente un testimonio de mujeres sencillas, valientes y generosas. Personajes del Oeste "olvidados" en las películas, y que sin duda ayudaron a forjarlo.
Un besito grande!

Unknown dijo...

Acabo de ver la peli y enseguida he buscado más sobre Elinor Stewart, gracias a eso he encontrado tu web.

Agradecerte que lo escribieras pq creo que es lo único en español sobre ella y me ha encantado leerte.

En la peli Heartland, Conchata Farrell da vida a Elinor, si no la has visto te gustará seguro. Conchata es ahora conocida por interpretar al ama de llaves en la serie Dos Hombres y Medio, pero en esta peli lo borda. Tuvo hasta que atender el nacimiento de un ternerín... esa escena es indescriptible.

Un abrazo y me ha encantado conocer tu site gracias a esto. Felicidades por tu trabajo.

El libro lo busco a la de ya!! ;-)

:-) Marian Cisterna
www.mariancisterna.com