miércoles, 28 de enero de 2015

Dos libros grises: The Home-Maker y Wilfred and Eileen

Bien, aprovechando el regalo Persephone en marcha y para ayudaros un poquito a decidir, voy a hablaros hoy de otros dos libros de su catálogo, el número 7 y el número 107 respectivamente. Son lecturas que no pude comentar en 2014 y creo que merecen un huequito en el blog. 
The Home-Maker de Dorothy Canfield Fisher.

Nº7 y su precioso marcapáginas.
El primero de ellos os lo presentaba allá por el mes de mayo, en el IMM de la maleta londinense.  En aquel viaje no tuve ninguna duda en traerme uno de los títulos más destacados de la editorial. Una novela publicada en 1924, que después de 91 años no ha perdido ni un ápice de actualidad.

The Home-maker cuenta la historia de la familia Knapp, un matrimonio con tres hijos que vive en un pequeño pueblo estadounidense. Lester, el padre, es un hombre tranquilo y hogareño; un lector empedernido que trabaja como dependiente en unos grandes almacenes.  Evangeline, la madre, es una mujer activa y perfeccionista que ocupa su tiempo en ser la perfecta ama de casa: la cocina, la limpieza y sus niños, a los que controla con mano férrea,  son su único horizonte.
Así, la vida de Lester transcurre entre la presión por las ventas y un trabajo que aborrece y la de Evangeline en la lenta y frustrante monotonía de su casa. Sin duda, el hogar de los Knapp dista mucho de ser la imagen idílica difundida por revistas de la época como Good Housekeeping.
Pero todo cambia el día en el que un accidente obliga a Lester a permanecer en casa, mientras que Evangeline ocupa el puesto de su marido en la tienda. Ambos encuentran entonces la felicidad y el equilibrio.   Más a ojos de todo el mundo este arreglo solo puede ser temporal, ya que ¿como iba un hombre a ser feliz encerrado en casa y una mujer trabajando fuera de ella?

Siguiendo la estela de muchos de los libros Persephone The Home-maker es una historia sencilla sobre las alegrías y los sinsabores de la vida cotidiana. Un relato sobre las relaciones de familia, en el que la educación de los hijos y los roles paternos tradicionales, aparecen como tema central. Sirviéndose de diferentes puntos de vista en la narración, Dorothy Canfield Fisher pone al descubierto los sentimientos y anhelos de cada uno de los miembros de la familia Knappla desesperación de Evangeline al verse relegada a una vida de monotonía, a la imposibilidad de utilizar su energía y su carácter en nuevos propósitos y objetivos. La desesperación de Lester, que vive angustiado por los ingresos, por la competitividad y por alcanzar convertirse en el perfecto padre de familia. Y como no, el sufrimiento de los niños que soportan a duras penas el carácter agriado de su madre y la tristeza que se refleja en los ojos de su padre.


Esposos, esposas e hijos.
Es fácil entender el escándalo que levantó la novela en el momento de su publicación, y es que entablar una reflexión sobre el reparto tradicional que hombres y mujeres debían ocupar en el seno de la familia no es sencillo, ni siquiera hoy.
La mujer ha sufrido y aun hoy sigue sufriendo las consecuencias de verse atada a los roles de esposa, madre y ama de casa. Aún hoy es moneda común el que a muchos sorprenda que una mujer decida no tener hijos. Presentar a una mujer que no se realiza a través de la maternidad era un atentado contra la naturaleza en 1924 (como el caso de Evangeline en la novela), y una rareza en 2014. Da que pensar ¿no creéis? 
Pero lo que más me sorprendió de la lectura es como Fisher consigue que nos hagamos las mismas preguntas con respecto a los hombres. Aunque pueda sorprendernos, ellos también pueden estar encerrados en el papel de  pilar activo de la familia; en el de ser alguien competitivo, triunfador, amante de la acción y el riesgo. ¿Donde queda pues un hombre que guste de la tranquilidad y del retiro, que no ambicione? Como veis las líneas que separan ambos casos son muy estrechas y todavía queda un largo camino hasta que consigamos vencer los prejuicios ligados a cada sexo.
Leer The home-maker es una excelente forma de entrar en el debate y un medio brillante para obtener respuestas.

Wilfred and Eileen de Jonathan Smith

Nª 107 y su correspondiente marcapáginas.
Este segundo título es uno de los que incluí en mi selección de lecturas sobre la IGM.  Cuando lo compré, me atrajo que se tratase de una historia de amor en tiempos de guerra y sobre todo que estuviese basado en la historia real del matrimonio formado por Wilfred y Eileen Willett.

Esta es la historia de como un brillante estudiante de medicina y una joven de buena familia se conocen en un baile de graduación en Cambridge. A lo largo de la novela seremos testigos de los días felices de su romance, de  los planes de futuro que van trazando como cualquier otra pareja y de como, al final, la guerra termina cambiándolo todo.

No os voy a engañar, cuando compré el libro quería encontrar una historia de amor. Nada rocambolesco, tan solo una de esas historias que tanto disfruto de dos personas que se conocen en el momento menos esperado y poco a poco comprenden lo afortunado de ese encuentro. Y si, es cierto que es esto lo que ofrece Wilfred and Eileen. La mayor parte del libro habla sobre dos jóvenes que se enamoran, sobre sus paseos cotidianos por Londres, su lucha contra la oposición familiar, el deseo de estar juntos a toda costa y, como no, de la irrupción de la guerra en sus vidas. 
De como los paseos cesan entonces para dar paso a un conmovedor intercambio de cartas; cada una de ellas llena de ternura, de miedo, de esa búsqueda continua de encontrar consuelo en las palabras del otro.

Pero a pesar de todo, el resultado final de la lectura me dejó una terrible sensación de indiferencia, de desafecto. Jonathan Smith utilizó la biografía real de Wilfred y Eileen y los testimonios de sus descendientes para escribir su novela. Quizá haya sido el miedo a desviarse de la biografía original, a tomarse demasiadas libertades, lo que ha terminado por dotar a su novela de una frialdad y de un desarrollo demasiado esquemático para mi gusto.   
Planes de futuro rotos por la guerra.
Quizá si hubiese ampliado el espectro de personajes y situaciones, si hubiese desarrollado más las tramas, habría conseguido dar más profundidad no solo al contexto si no a la historia personal de la pareja protagonista. 
Pero esta es simplemente mi apreciación personal. Sin duda Wilfred and Eileen no es una mala novela, al contrario, pocas veces podréis encontrar un testimonio tan fidedigno de una de esas historias de amor que se vivieron en tiempos de la gran guerra. Por eso estoy segura de que hará las delicias de todos los interesados en el periodo, aunque eso si, buscadores de romance con mayúsculas…mejor abstenerse :)

Espero que la entrada os haya sido útil para ir eligiendo algún título del catálogo y por hoy nada más; solo desearos, como siempre, muy felices lecturas a todos.
PD. The Home-maker ocupa el año 1924 en mi Century of Books.

sábado, 24 de enero de 2015

Hace dos años exactamente...

Tardes y tardes de té y buenas lecturas.
...nacía A book a day. Por aquel entonces empecé con ilusión una andadura que solo me ha traído alegrías. 
Hoy igual que ayer, disfruto de ese proceso que se renueva sin cesar en cada entrada. Leo, anoto, me documento, empiezo otra hoja en blanco, encadeno las frases necesarias hasta estar satisfecha... y por fin, al llegar a ese momento liberador en el que presiono publicar, sonrío al saber que lo que hasta entonces solo existía en mi cabeza pasa a formar parte de vosotros. Es algo que me llena, que me enriquece y que me hace inmensamente feliz. 
A lo largo de estos dos años hemos hablado juntos de libros, de librerías de aquí y de allá, de paseos, viajes y momentos en los que ellos nunca han estado lejos. Abrir este rincón me permitió compartir mi amor por la literatura y ser partícipe del vuestro. Por eso hoy más que nunca quiero agradeceros vuestra amabilidad, el que hayáis enriquecido mis lecturas con sugerencias y opiniones. Por el momento solo he tenido la oportunidad de abrazar en la vida real a dos de vosotras, pero espero que este abrazo virtual junto a mi agradecimiento llegue a cada uno de vosotros.

Hasta el día de hoy no había organizado ningún sorteo y me mantengo firme en mantener la costumbre. Pero en un día como este nada me gustaría más que enviaros un pequeño regalo para agradeceros vuestro cariño.  Así es como prefiero llamarlo, solo un regalo. 
Es mi deseo que un ejemplar Persephone viaje hasta uno de vosotros. Espero que os acompañe, adorne vuestra estantería y con un poco de suerte pueda convertirse en una inolvidable lectura. Si, ya se que todos ellos están en inglés, pero me parece una forma estupenda para animaros a que perdáis el miedo a leer en otras lenguas; para que salgáis de vuestra zona de confort y conozcáis la satisfacción que uno experimenta cuando se sabe capaz de leer en otro idioma.

Desde Londres hasta cualquier parte del mundo. 
Todo el que quiera participar no tiene más que dejar un comentario en la entrada (por favor en el caso de que solo queríais comentar y no participar decírmelo) y yo le asignaré en estricto orden un número de participación. No es necesario ser seguidor, ni tenéis ninguna otra obligación que cumplir. Solo os pido un pequeño requisito, algo que va a saciar mi curiosidad y me va a dar buenas ideas. Junto a vuestra intención de participar, deberéis dejar en el comentario el título o los títulos de esas lecturas que más os han marcado y que me recomendáis especialmente. Solo eso.

Aquí os dejo el catálogo completo de los libros Persephone para que podáis decidir el título que queráis en caso de resultar premiados. También podéis visitar la pestaña Persephone Books del blog, para ver algunos de ellos reseñados. Tenéis títulos inolvidables como "Diario de una dama de provincias", "El libro de la señorita Buncle", "Mariana" o "El gran día de la señorita Pettigrew".

Tenéis de tiempo hasta el día 4 de febrero para apuntaros y el día 6 anunciaré quien se hace con el libro. ¡Muchísima suerte a todos!

Solo me queda daros de nuevo las gracias por estar ahí, por haberme acompañado en otro año de lecturas. 
De todo corazón, gracias.
Marie.

martes, 20 de enero de 2015

Cartas de una pionera de Elinore Pruitt Stewart

Preciosa edición de Hoja de lata.
Este invierno está siendo más suave de lo habitual. No hemos notado frío, hemos sufrido pocas nieblas y como última gracia, hemos recibido casi a diario, tímidos rayos de sol. Hoy sin embargo, parece que todo vuelve a la normalidad; hace frío y está nevando. 
Me he sentado junto a la ventana, mientras tomaba el desayuno, y de pronto el olor del café, la vista de los copos y el bote de mermelada de grosellas para las tostadas me han forzado a ir corriendo hacia el teclado. Era el momento perfecto para hablaros de Cartas de una pionera.

Ya sabéis todos lo mucho que me gustan las historias del Oeste americano (en esto y como en muchas otras cosas, Abuelito te debo una). Yo es que no se como me las arreglo, pero no le hago ascos prácticamente a ninguna. Dadme indios y vaqueros, un buscador de oro, un trampero, un fugitivo, unos pistoleros de salón, y me haréis enormemente feliz.

Como veis, en esa pequeña lista abundan los estereotipos que más o menos todos relacionamos con las historias del Oeste, y un dato a tener muy en cuenta es que todos ellos son masculinos. Si quisiéramos dibujar a la mujer de la frontera, no tendríamos más remedio que recurrir a la cantinera escandalosa, a la prostituta, a la dama en apuros o a la hija del ganadero. Esas son las mujeres que pueblan la gran mayoría de historias, películas, y novelas del género. Por eso cuando llega a mis manos un personaje como Alexandra, la protagonista de Pioneros de Willa Cather,  o un libro como Cartas de una pionera, no puedo evitar regocijarme.
Entre los aventureros, entre los valientes, entre los emprendedores que forjaron el Oeste también hubo mujeres, un hecho bien demostrado en los trabajos de Patricia Nelson Limerick y la fascinante New Western History

Ellas, al igual que los hombres y los esclavos (excluidos quedaron, manda narices, los nativos), también tuvieron la oportunidad de beneficiarse de la Homestead Act, ley aprobada en 1862 que prometía 160 acres de terreno a todo aquel que hiciese la demanda. Las condiciones eran que fuesen mayores de 21 años, solteras, viudas, divorciadas o cabezas de familia. Con alguno de esos requisitos y bastantes agallas podían convertirse en homesteaders.  
Ese es precisamente el camino que escogió Elinore Pruitt Stewart. Cargada con su hija, se despidió de su antigua vida de empleada precaria en Denver y viajó a Wyoming para convertirse en  gobernanta de un prospero ranchero y después en propietaria. 
El relato de esta aventura quedó recogido en las cartas que fue enviando a la Señora Juliet Coney, su antigua patrona. Publicadas unos años más tarde en la prestigiosa revista bostoniana Atlantic Monthly conocieron un éxito inmediato y no es de extrañar, Cartas de una pionera es un precioso testimonio de la vida en los indómitos parajes de Wyoming a través de los ojos de una mujer extraordinaria.

De izq. a der. la casa de Elinore en Wyoming, una foto de
familia junto al Sr. Stewart, su hija Jerrine y sus dos hijos
pequeños; dos escenas cotidianas de la vida del pionero.
Tenía la certeza incluso antes de abrir la primera página, de que iba a disfrutar con la lectura, pero nunca imagine hasta tal punto. La alegría que Elinore siente al llegar a su nuevo hogar, al ver colmadas sus ansias de  libertad es tan contagiosa que traspasa cada una de sus cartas.

Todas están llenas de personajes e instantes fascinantes: como la noche de tormenta en la cabaña del bueno de Zebulon Pike, la navidad improvisada para alegrar a unos vecinos en apuros, las excursiones de Elinore entre cañones y bosques junto a su hija Jerrine…todo rebosa belleza, vitalidad y alegría de vivir. 
Y aunque ella se lamente por su falta de formación, las vívidas descripciones de Elinore no tienen nada que envidiar a las de las grandes plumas eruditas; aunque autodidacta, supo captar en sus escritos las vistas, los sonidos, los olores de la montaña y sus habitantes. Leerla es vivir la aventura en primera persona,  disfrutar de una experiencia sensitiva incomparable.

Mientras pasaba las páginas mi admiración y las ganas de dejarlo todo e introducirme de un salto entre las páginas del libro fueron creciendo y creciendo. Solo podía pensar ¡un billete para Wyoming por favor! Aún a sabiendas de que debía ser tan fuerte como ella, de que el peligro y las dificultades nunca estarían demasiado lejos. 
Eso es lo que más me ha gustado de las cartas de Elinore. Su franqueza, el realismo con el que pinta su día a día. Tanto ella como el resto de los personajes del libro, en especial las señoras Lauderer y O'Shaughnessy, hacen prueba de una valentía y una entereza dignas de admirar. Se abastecen de comida, cazan, atienden a un parto a la intemperie a la luz de un candil, amputan un dedo, no tiemblan ante el aullido de los lobos, ni ante una tormenta de nieve inesperada...
¡Como no iban a entusiasmarse los lectores del Atlantic Monthly al leer estas cartas! Cuando uno esta resguardado entre las paredes de un hogar sólido, en la ciudad, no puede evitar soñar con espacios abiertos, con noches al raso y con esa incertidumbre de no saber que encontrará de buena mañana.
Pero una cosa es leerlo y soñarlo y otra muy distinta llevarlo a cabo. Elinore dio el paso y con su humildad y su sinceridad, demostró a muchas de sus compatriotas que con fiereza y determinación era posible alcanzar la independencia soñada. 

No lo dudéis, regalaos este precioso pasaje a la libertad y la aventura.  Encontrareis una narradora entrañable dotada de un delicioso sentido del humor y una apertura de espíritu admirable; y en cierto modo sentiréis que al escribir a su antigua amiga Coney, Elinore lo hizo inconscientemente para cada uno de nosotros:

"Me alegra mucho poder llevarle un poco del aire libre, limpio y hermoso de por aquí a su apartamento para que disfrute, y no hay nada que me haga más feliz que llevar el oeste y su gente a otras personas que de otra manera no podrían gozar de él. Si así pudiera al menos sacarlos de sus problemas y ofrecerles esta brisa tonificante de la montaña, alguna instantánea del paisaje, el olor de los pinos y de la salvia, si al menos pudiera hacer que sintieran la compresión espontánea y dispuesta de estas gentes de la frontera, estoy segura de que se olvidarían sus penas y entonces mi felicidad sería completa".

Hoja de lata ha publicado la segunda parte de las cartas de Elinore, Cartas de una cazadora y desde aquí solo puedo enviarle a sus editores mi más sincero agradecimiento. Gracias por apostar por libros como estos. Pura savia para la mente y el espíritu.

Aquí tenéis un nuevo coup de coeur que espero disfrutéis tanto como yo. Un abrazo y muy felices lecturas a todos.

PD. Este fascinante documental (siento que sea en inglés) narra la odisea de aquellos que se acogieron a la Homestead Act. Una historia hecha de renuncias, fracasos y algunas victorias. ¡Que lo disfrutéis!

miércoles, 14 de enero de 2015

Pioneros de Willa Cather

Edición de Alba y dedicatoria a Sarah Orne Jewett.
No perdamos más tiempo y empecemos ya la temporada 2015.
Aunque se remonta al mes de Octubre, recuerdo a la perfección el soplo de aire fresco que supuso  para mi esta novela. Había tenido una racha bastante larga de lecturas europeas e intimistas y de pronto sentí que había llegado el momento de abrir horizontes y afrontar desafíos.
Fisgoneé entre mi estantería americana para poner remedio al asunto y dos títulos llamaron enseguida mi atención, Cartas de una Pionera de Elinore Pruitt Stewart (devorada con fruición y de la que os hablaré esta misma semana) y Pioneros de Willa Cather, que es la lectura que nos ocupa hoy.
Bastó con abrir el tomo de Pioneros para llevarme la primera sorpresa agradable. La "culpable", esta dedicatoria: "A la memoria de Sarah Orne Jewett, en cuyo hermoso y delicado trabajo está la perfección que perdura".
Ya sabéis que el libro de Sarah, La tierra de los abetos puntiagudos, se convirtió en una de mis mejores lecturas del 2014 y encontrar este sincero y certero homenaje de Willa, me conmovió muchísimo. ¡Que grandes amigas y que grandes escritoras fueron ambas!

Con este alegre estado de ánimo empecé la novela, pero lo cierto es que Willa me dio poco tiempo de tregua. Desde los primeros compases me arrastró de lleno a la crudeza del paisaje en el que iba a enmarcar su historia. 

Familia de homesteaders de Nebraska
Corren los años finales del siglo XIX cuando los Bergson, al igual que muchas otras familias de emigrantes europeos, se instalan en las inhóspitas tierras de Nebraska. Su única esperanza, prosperar.
Pero, a pesar de los muchos esfuerzos del cabeza de familia por doblegar la tierra, todo resulta en vano. Este muere dejando en manos de su hija Alexandra el futuro de los Bergson. Ella, una joven inteligente y capaz es la única que puede explotar las enormes posibilidades y la riqueza que la pradera tiene que ofrecer.

Pasarán largos años de dura lucha y enormes sacrificios hasta que Alexandra, ayudándose de la fuerza física de sus hermanos mayores y de la dulce compañía de Emil su hermano menor, consiga convertirse en una prospera propietaria. Pero el luminoso futuro que vislumbra para su familia no podrá sortear las nubes de tormenta que se alzan en el horizonte. Y es que, ni los caprichos de la tierra ni las pasiones humanas pueden ser  doblegadas eternamente.



"Un día de enero de hace  treinta años, la pequeña ciudad de Hanover, anclada en la meseta de Nebraska, intentaba que no se la llevara el viento. Una neblina de ligeros copos de nieve se arremolinaba en torno al puñado de edificios bajos y sin gracia  que se amontonaban  sobre la pradera bajo un cielo gris. Las viviendas se distribuían  caprichosamente por el duro terreno de la pradera; algunas tenían aspecto de haber sido colocadas allí durante la noche, y otras parecían alejarse por si solas  dirigiéndose directamente hacia las llanuras abiertas . Ninguna daba la sensación de permanencia  y el viento  ululaba y soplaba tanto por debajo como por encima de ellas."

No he podido evitar compartir con vosotros las primeras líneas de Pioneros para que os hagáis una idea de lo evocadora que es la prosa de Willa.  Pulcra, depurada, en apariencia sencilla, pero llena de una profunda belleza. ¿No habéis notado al leer esas líneas el aire gélido, la sensación de desamparo de estar en medio de una ciudad que parece a punto de echar a volar? Eso era el Oeste, un mundo nuevo e inestable.
Interior de un hogar de pioneros suecos.
¡Que hermosa sencillez!
Sin duda Willa conoció muchos inviernos como el que describe. Puede que naciese en Virginia, pero  fue y será recordada siempre como una hija de la frontera. Una de esas niñas que llegaron al Oeste junto a su familia y aprendieron a amarlo pese a su dureza desafiante. Pocos como ella supieron plasmar por escrito la belleza de las desiertas praderas de Nebraska; un testimonio que hoy permanece vivo en sus novelas.

Pioneros es ante todo un canto a la tierra, a sus caprichos y a sus bendiciones. Si la leéis, pronto os daréis cuenta de que el entorno en el que se enmarca la historia, no es un mero decorado, sino un personaje a parte entera, quizá el más importante. La descripción del paisaje es grandiosa, y el retrato de naturaleza humana que construye Willa en la galería de personajes que pueblan Pioneros, no se queda atrás.
Todos ellos son poderosos, genuinos; y aunque todos me han aportado algo, ninguno me ha cautivado  tanto como Alexandra. 

La protagonista de la historia es una mujer cálida y afectuosa que no duda en sacrificar su vida personal en pos de la misión que le encargó su padre. Pronto, al igual que  él, experimenta ese amor profundo que puede sentirse por la tierra, por ese mundo nuevo y prospero que uno puede crear con el trabajo de sus propias manos. Es conmovedor acompañarla desde su juventud hasta el momento en el que se convierte en una mujer íntegra y respetada. Y es que, su imaginación, su fe en la idea de progreso y en ese glorioso futuro que vislumbra para la generación de su hermano Emil, es lo que hace latir las páginas de la novela. No importan las dificultades que Alexandra va encontrando en el camino, la avaricia y la oposición que enarbolan contra ella sus hermanos mayores; de una forma u otra siempre encuentra un modo de salir adelante.

Junto a ella es imposible no encariñarse con  el "loco" Ivar. O con el dulce Carl, el único amigo y compañero que Alexandra ha tenido en su vida. Y como no con Emil, un joven brillante que desgraciadamente se enamora de la única mujer que tiene prohibido amar.  
Son muchos los personajes que pueblan la novela: los vecinos bohemios, con la bella Marie a la cabeza, la alegre comunidad francesa que vive río arriba, los noruegos un poco más serios y envidiosos a ojos de Alexandra… todos ellos interactuan en bailes, reuniones y labores agrícolas, creando lazos y relaciones más o menos amigables. Así, como veis estamos muy lejos de la imagen de los pioneros solitarios que se enfrentan individualmente a lo desconocido.


Go west!
Pioneros es sin duda un certero testimonio de la experiencia comunitaria que supuso la colonización del Oeste americano, al menos en las últimas décadas del siglo XIX. Testimonio de esa aventura emprendida por individuales o por familias más o menos extensas, que viajaron desde la costa este americana y de multitud de países europeos con la intención de empezar de nuevo. 
Suecos, noruegos, bohemios, alemanes, franceses…todas las nacionalidades se confundían en las caravanas blancas que avanzaban hacia las praderas y más tarde en el recién inaugurado ferrocarril.  A todos ellos les separaban distintas lenguas y costumbres, pero les unía la misma esperanza de encontrar una nueva vida lejos de sus antiguos hogares.

Esa es una de las cosas que mas me gustaron de Pioneros, como Cather muestra la voluntad que todos tienen de prosperar en sus nuevas tierras, pero como al mismo tiempo mantienen la nostalgia y el apego por el país que dejaron atrás. Unos lazos y costumbres que cada comunidad intenta mantener en su nuevo hogar, como una forma de conservar raíces y un legado que transmitir a las próximas generaciones.

Sirviéndose del ejemplo de los Bergson, Willa Cather construyó en Pioneros el retrato de estas gentes valerosas que lucharon en ese mundo extraño y hostil de la frontera. Algunos como Alexandra lograron triunfar, a pesar de que el futuro no siempre es tan brillante como uno espera y la vida decide destinos y caminos en las formas mas insospechadas. Otros como Carl, tuvieron que hacer las maletas y regresar al este. Aunque nunca es tarde para las segundas oportunidades.
Willa Cather
Pioneros es al fin y al cabo una historia de superación, de errores y victorias. El retrato de una mujer capaz y valiente que supo echar por tierra la imagen de debilidad y dependencia que por fuerza arrastraban consigo las mujeres. Una historia en la que el amor, la soledad y la tragedia avanzan de la mano, hasta un final agridulce pero completamente acertado.

Tengo que reconocer que no me hubiese importado que la novela hubiese tenido otro buen puñado de páginas. Que Willa se hubiese detenido con más cuidado en ciertas tramas, que a mi gusto han sido demasiado breves. Pero como siempre, tratándose de su pluma, ha sido una magnifica lectura.

Si todavía no conocéis a Willa Cather, dadle una oportunidad. Estoy casi segura de que no os arrepentiréis.

Un abrazo grande y ¡muy felices lecturas!

PD. Pioneros ocupa el año 1913 en mi Century of books.
PD1. Existe una adaptación televisiva de la novela protagonizada por Jessica Lange; no he podido encontrarla entera para verla, pero tras ver el trailer, no ceso en mi empeño :) Ya os contaré que tal es si consigo hacerme con ella algún día.

domingo, 11 de enero de 2015

Mis retos del 2015

No puedo empezar la temporada de lecturas, sin cumplir antes con una de las tradiciones que más me gustan, la de dar cuenta de los retos literarios que quiero afrontar en 2015.
Cierto es que me encantaría apuntarme a un montón de retos interesantes porque hay que ver como os superáis cada año con las propuestas; pero me temo que voy a tener que mostrarme razonable  y me voy a centrar en tres desafíos.

Seguimos leyendo...
El primero ya es un viejo conocido, el Century of books que empecé el año pasado. Como ya os expliqué en la entrada introductoria, el objetivo es bien sencillo: escoger y leer 99 libros publicados en el siglo XX, uno por año, empezando en 1900 hasta completar la centuria en 1999. De todas formas os dejo Aquí la entrada donde queda explicado al detalle.

Cuando lo empecé en enero del 2014 sabía que me sería imposible completarlo en un solo año, ni siquiera en dos. Pero lo cierto es que no tengo ninguna prisa. Empecé este reto para disfrutarlo, para ir escogiendo con mimo cada lectura, para elegir autores afines a mis gustos y sobre todo para descubrir muchísimos nuevos.
Por el momento estos son los años que he completado:

1909- Martin Eden de Jack London
1918- Patricia Brent, Spinster de Herbert Jenkins
1922- La garçonne de Victor Magueritte
1927- Diario de Katherine Mansfield
1936- Jamaica Inn de Daphne du Maurier
1943- Un árbol crece en Brooklyn de Betty Smith
1945- Londres me pertenece de Norman Collins
1947- The lonely de Paul Gallico
1952- Mujeres excelentes de Barbara Pym
1965- Stoner de John Williams
¡Que ganas de seguir asignando años!

Me ha faltado algún habitante en la imagen para darle
algo de vidilla al pueblo. Bueno era la hora de la siesta :)
El segundo reto nació en mi cabecita con una intención clara: quiero que este año sea el de mi inmersión en la literatura rusa.  Echando la vista atrás me doy cuenta de que apenas he leído dos novelas rusas en toda mi carrera lectora Anna Karenina y Vida y destino, un número irrisorio  teniendo en cuenta lo mucho que disfruté de ambas. Hace un tiempo apelé a la inestimable ayuda de Jen, amante confesa y gran entendida de literatura rusa, para que me diese algunas sugerencias. 
Tomé nota de lo que me dijo y añadiendo los títulos que siempre he querido leer, he confeccionado la siguiente lista:

- Guerra y Paz de Lev Tolstoi
- La isla de Sajalín de Antón Chéjov
- Crimen y castigo de Fiódor Dostoyevski
- La hija del capitán de Aleksandr Pushkin
- Eugene Oneguin de Aleksandr Pushkin
- Oblomov de Iván Goncharov

De momento voy a limitarme al siglo XIX y a estos seis títulos; si veo que voy avanzando bien, iré añadiendo material a la lista de lecturas.

Me encanta el color azul de este año.
Y para terminar uno de los retos que más ilusión me hace, el que organiza Isi, Keep Calm and Read in English. Este fue el primer reto al que me apunté cuando empecé el blog y sin duda el que mayores alegrías me ha traído: con los readathones, los desayunos british, la gente que he conocido, la mejora del inglés… en fin una tradición que no me quiero perder por nada del mundo. 
El año pasado fui demasiado optimista y me apunté a la versión hard de 20 libros. Como me temía no la pude cumplir. Así que este año me apunto a la modalidad de 10 libros, que si no luego no puedo participar en los regalillos y actividades finales del reto :)
De nuevo ¡muchísimas gracias por organizarlo Isi!

Y hasta aquí los retos que quiero cumplir este año. Los cumpla o no, estaré la mar de contenta. Lo importante es disfrutar de buenas lecturas y poder compartirlas con cariño con vosotros. 
Un beso y ¡feliz lunes a todos!

viernes, 9 de enero de 2015

IMM 14 Los libros que encontré bajo el árbol

Y ahora si, después de una magníficas navidades compartidas con los que más quiero, toca volver a la normalidad; a esa rutina, a veces temida, pero que inevitablemente termina por extrañarse. La llegada a París ha sido esta vez aún más triste de lo habitual. Supongo que todos vosotros estaréis al tanto de lo acontecido en la redacción de Charlie Hebdo. La verdad es que yo todavía no encuentro las palabras para describir el horror que me ha producido la noticia. 
Sabéis, uno podía sentirse más o menos identificado con la línea editorial de la publicación, si os soy sincera jamás compré un solo ejemplar de Charlie. Pero hoy, como tantas otras personas alrededor del mundo, me siento más Charlie que nunca.
Cuesta mucho imaginar que actos como estos no vuelvan a repetirse, pero en medio de esta tristeza que nos envuelve a todos, solo puedo pensar en esa luz de esperanza que es la lucha por la libertad. Si, la barbarie y el fanatismo de unos pocos podrán golpearnos una y otra vez, pero las ideas, el espíritu crítico y la capacidad de reirnos hasta de nosotros mismos, eso, no nos lo quitarán jamás. Hoy más que nunca, la pluma y el lápiz han sido más fuertes que el arma asesina.
Lucille Clerc.
Pero bueno, como bien dice la cabecera del blog, no hay mejor remedio para alejar la enfermedad y la tristeza que un buen libro. Así que, ahora si, dejemos que sean ellos los protagonistas de la entrada. Como ya es tradición, hay que enseñar los ejemplares amontonados bajo el abeto navideño, por eso sin más dilación: ¡aquí tenéis mi montoncito!

Foto de familia navideña.
Como veis los Reyes han sido generosos y me conocen bien. Abundan los clásicos y títulos que anhelaba leer desde hacía muchísimo tiempo como Mujeres sin pareja o Al este del Eden. Otros ejemplares fueron regalos inesperados que me han hecho especial ilusión y uno de los títulos me lo autoregalé por mi cara bonita durante un viaje :) Mejor veamóslos con detalle.
El primero de todos La señorita Mackenzie de Anthony Trollope no os será desconocido gracias a la merecida difusión que está teniendo el trabajo de la editorial d'Época. Cada nuevo título que suman a su catálogo va directo a mi lista de libros por leer y en el caso de La señorita Mackenzie, tratándose de una novela de Trollope, más todavía. Disfuté muchísimo con El custodio y Las torres de Barchester y ahora que también he leído la historia de Margaret Mackenzie puedo deciros que, aunque no al mismo nivel que las anteriores, he disfrutado con su lectura. Nuestra solterona victoriana en posesión de fortuna tendrá que lidiar con un buen ramillete de pretendientes y la cuestión es ¿terminará por sucumbir a las atenciones de alguno de ellos? No os doy más detalles y esperaré a hablaros con más tranquilidad en la reseña.

Mujeres sin pareja de George Gissing, es uno de esos títulos de Alba que estaba deseando leer desde hace mucho tiempo. Publicado en 1893 este libro rompe con todos los esquemas del mundo victoriano en el que se enmarca.
En ese mundo en el que la mujer debía confiarse al esposo o al padre y obedecer su autoridad, Gissing convierte a sus protagonistas en un grupo de mujeres deseosas de independencia. Temas como el feminismo, el matrimonio, el amor y la pobreza actúan como hilo conductor de la historia y aunque al final la lectura me ha dejado una sensación agridulce, he disfrutado muchísimo y la espera ha valido la pena.

Villette es otra de las novelas de Charlotte Brontë que se ha sumado a la colección Clásicos Minus de Alba. Si hace unos cuantos meses celebrábamos la llegada de El profesor, ahora le toca el turno a esta historia que Charlotte construyó sirviéndose de los recuerdos que trajo consigo de su estancia como alumna y profesora en un internado de Bruselas.
Esta es la historia de Lucy Snowe, una joven, sin familia, sin dinero, ni posición que entra a trabajar en un internado en la ficticia ciudad de Villette. 

La siguiente novela que he acogido con ganas en la estantería creo que necesita poca presentación. Al este del edén es uno de los grandes títulos de la literatura norteamericana y su autor John Steinbeck, ganador del Nobel de literatura en  1962, uno de sus más reconocidos escritores.                      La novela, ambientada en el Valle de Salinas al norte de California, narra las vicisitudes de dos familias a lo largo de tres generaciones, desde la guerra de Secesión hasta la segunda guerra mundial.                     Este fue uno de los títulos que desde el primer momento quise incluir en mi Century of books, y tengo la corazonada de que va a ser una lectura inolvidable. 

Los dos siguientes títulos me ayudan a seguir completando la obra de una de mis autoras favoritas Elizabeth Gaskell. La casa del páramo fue en su origen un cuento publicado para las navidades de 1850. Bastantes opiniones tildan la historia de Maggie Browne y su familia de almibarada y beata. Conociendo la vena "más santurrona" de Gaskell puedo créermelo. Pero a mi no me molesta si cambio puedo tener el placer que me transmite su pluma.
Por el contrario La prima Phillis, una novela más madura y uno de sus últimos trabajos, ha recibido críticas más entusiastas. Se trata de una historia de amor y de iniciación que muestra, al igual que otros trabajos de Gaskell como Norte y Sur, la oposición entre la vida rural y el progreso ligado a las ciudades y al desarrollo industrial. Estoy casi segura de que voy a disfrutar de ambas.

Para mayores de cuarenta es una recopilación de seis textos de Willa Cather publicados en 1936.  Mi familia ya sabe de mi amor por Willa así que no podían dejar de incluir uno de sus títulos en la lista. En este, la autora aúna vivencias personales y reflexiones literarias para hablar de sus autores favoritos, de  encuentros inesperados y de las tertulias literarias que enriquecieron su propia escritura y le brindaron la oportunidad de forjar grandes amistades. Tratándose de la pluma de Willa estoy segura de que será una delicia leerlos.

Pasemos ahora a los dos autoregalos literarios que me he hecho este año. El primero fue La tragedia de la calle de las flores  de Eça de Queirós. Me hice con él mientras iba deambulando por las estanterías de bolsillo de la Fnac. No conocía al autor, ni tenía más referencia que la brindada por la editorial, pero de pronto al leer la sinopsis, me pareció que viajar al Portugal del siglo XIX era una buenísima idea.  Eça de Queirós fue una de las figuras más destacadas del realismo portugués y en  esta novela narró la trágica historia de Genoveva y Victor, una pareja separada por la diferencia de edad, la posición social y un terrible secreto. ¡Cruzo los dedos para que me guste!


El siguiente autoregalo fue el que me compré durante nuestro viaje a Munich a principios de diciembre. Una joya que encontré en la fantástica librería de segunda mano The Munich Readery. Se trata de la edición ilustrada publicada por la Folio Society de la novela Lark Rise to Candleford de Flora Thompson. Tenía muchísimas ganas de leer esta historia (que quizá muchos conozcais por la adaptación de la BBC) desde que leí la preciosa reseña que Konichiwa hizo en su blog.                                              Por eso, cuando vi esta maravillosa edición en la librería no me importó el peso, ni si iba a tener espacio en la maleta para traerlo conmigo. Era una suerte haberlo encontrado y no me iba a ir sin él. La gran sopresa vino cuando vi su precio; apenas podía créermelo, pero por 13 euros compré uno de los libros más bonitos que tengo.
Tosavía no he visto la serie porque siempre quise leer el libro primero, pero ahora que ya lo tengo, no veo el momento de adentrarme en ese mundo rural ya desaparecido de la mano de los habitantes de la ficticia aldea de Candleford. 

Otros dos libros llegaron a mi por mi 28 cumpleaños (mare meua la vejez se acerca :D) El primero de ellos fue Marmee & Louisa de Eve LaPlante. Junto a Mayores de cuarenta años el único título de no ficción de la lista. Este libro llevaba en mi cesta de The book depository bastante tiempo y cuanto me ha alegrado tenerlo por fin entre las manos. Luisa May Alcott es una de esas autoras que conocí en la adolescencia y cuyas historias aún me acompañan en la edad adulta. Que puedo deciros que ya no sepáis  Mujercitas es y será por siempre uno de mis libros favoritos y la maternal figura de Marmee es alguién que siempre asociaré a mi propia madre. 
Por eso cuando descubrí este libro que indaga en la relación que Louisa tuvo con su madre, la verdadera Marmee, tuve unas ganas enormes de leerlo. Abigail May Alcott, la madre de la autora luchó toda su vida por el derecho a la educación de las mujeres, por la realización de las jóvenes no solo a través de la maternidad si no del trabajo propio, por la ayuda a los más necesitados y la abolición de la esclavitud. Fue una influencia vital para las historias de su hija y conocerla un poco más a través de esta lectura será un auténtico placer.
Esta es la librería donde encontré la edición Folio de Lark Rise to Candleford.
Si visitais Munich no os la perdais, tiene un fondo impresionante y precios bastante
razonables. En la misma calle tenéis otra librería inglesa muy recomendable Words' WorthBooks.
El segundo libro que encontré bajo el árbol fue The ladies of Lyndon de Margaret Kennedy, uno de los muchos títulos  de la colección Virago Modern Classics que estaba deseando leer. Elegí esta novela eduardiana para el año 1923 de mi Century of books, porque trata de forma cómica e irónica una de las tradiciones más arraigadas en la alta sociedad europea, los matrimonios de conveniencia entre jóvenes bellezas casaderas y acaudalados hombres de negocios. El matrimonio de Agatha, la protagonista de la historia, resulta un desastre desde el principio y aún lo es más tras la aparición de su excéntrico y apasionado cuñado, un pintor amateur con una personalidad totalmente opuesta a la de su frío marido. ¡Señoras y señores, trifulcas y enredos a la vista!

Y ahora lo mejor para el final. Para cerrar el botín navideño tengo que hablaros de un libro que llegó hasta mi de manos de una persona que conocéis bien y con la que tuve el placer de encontrarme en Barcelona, mi querida littleEmily
Pasé con ella muy poquito tiempo, aunque me bastó para darme cuenta de lo mucho que tenemos en común y de lo a gusto que puedo sentirme en su compañía. Mientras compartíamos una comida rápida en la estación me dio un paquete que contenía las preciosidades que veis en la foto que he compartido más arriba. Unas postales adornadas con fragmentos de las Cartas y novelas de Jane Austen, una maravillosa agenda ilustrada con propaganda vintage de los ferrocarriles británicos, pegatinas a utilizar como Ex libris y para terminar la novela Por no mencionar al perro de Connie Willis
Fue Laura quien me habló por primera vez de Connie y viendo lo mucho que ella disfrutaba con sus libros siempre quise descubrírla por mi misma. Ahora ya puedo darle la razón porque paracticamente devoré la novela casi entera en el tren que me llevó de Barcelona a París. 
Laura, de todo corazón, muchísimas gracias :)  

Y ¡hasta aquí el botín! Espero que todos esteis disfrutando de vuestros regalos navideños, sean o no literarios, y que hayáis podido apuntar algún título que os guste de entre los libros que os he enseñando. Un abrazo grande y ¡muy felices lecturas a todos!

PD. No quiero despedirme sin recordaros que hay un suculento sorteo abierto en el fantástico blog de Jen. ¡No os lo perdáis! :)