lunes, 29 de abril de 2013

Los amores de Sylvia de Elizabeth Gaskell

En los primeros días de noviembre de 1859 Elizabeth Gaskell, acompañada de dos de sus cuatro hijas, hizo las maletas y salió de viaje en busca de inspiración. Tenía en mente escribir una nueva novela ambientada en algún paraje indómito de la región de Yorkshire. Cuando llegó al pueblecito costero de Whitby supo que había llegado al lugar idóneo.
Una vez instalada en el N°1 de Abbey Terrace se dedicó a documentarse y entrevistarse con sus habitantes. Estos compartieron con ella sus recuerdos sobre la historia y las antiguas costumbres de la pequeña localidad ballenera.  Unos años más tarde, aquellas pesquisas dieron como  resultado el libro que os traigo hoy, "Los amores de Sylvia".  

Publicada en febrero de 1863 esta novela tiene una originalidad; a diferencia de sus otras historias, ambientadas en el siglo  XIX, Gaskell traslada la acción al siglo XVIII. Tal y como  ya hiciera con Manchester en "Norte y Sur"(que se convirtió en Milton),  Whitby se transformó bajo la pluma de Gaskell en el pueblecito de Monkshaven. A grandes rasgos esto es lo que cuenta la historia...

Corre el año 1796 e Inglaterra esta inmersa en las cruentas guerras napoleónicas. Pese a estar aislados en las lejanas tierras del Norte, los habitantes de Monkshaven deben hacer  frente, no solo a los peligros de la caza de ballenas, sustento de su economía, sino también a los ataques de las patrullas de la Marina británica. Y es que con gran falta de efectivos, estas no dudan en "cazar" marineros para alistarlos forzosamente en el ejército. Monkshaven sufre enormemente bajo los efectos de esta injusticia, pero sus habitantes intentan llevar una vida normal  entre las preocupaciones propias de la vida cotidiana.


El pueblecito de Whitby
Entre sus gentes una jovencita destaca por su deslumbrante belleza.  Su nombre es Sylvia Robson y es una campesina que vive humildemente en la granja de sus padres.

Sus encantos sin embargo esconden muchos defectos. Pero pese a esto su primo Philip, profundamente enamorado, solo ve en ella la más absoluta perfección. Encargado de la tienda de Monkshaven, Philip es conocido y apreciado por su carácter paciente y responsable. Su única debilidad es Sylvia y su único sueño pensar que un día  pueda convertirla en su esposa.

Pero en su camino, echando por tierra sus planes, se cruza el valeroso y apuesto arponero Charley Kinraid, quien no tarda en conquistar el corazón de la vanidosa Sylvia. Prometida con Kinraid, el triángulo amoroso parece tener los días contados, pero el destino interviene en el momento menos pensado. Bajo los ojos atentos de Philip, Kinraid es enrolado a la fuerza por la Marina. Pese a que este le ruega a Philip que cuente a Sylvia lo que le ha ocurrido, el joven tendero guarda silencio haciendo creer a la joven que Kinraid ha muerto ahogado.
Con Kinraid desaparecido y Sylvia cerciorada de su muerte, Philip consigue finalmente casarse con ella ¿que podría interponerse ahora en su felicidad? Pero lo que Philip no quiere o no puede admitir, es que  estar desaparecido no significa, ni mucho menos, estar muerto.




Monkshaven acechado por la bruma
Antes de nada, un aviso muy importante a los futuros navegantes. Gaskell afirmó que esta había sido, con diferencia, su novela  más triste y en lo que a mi respecta, la congoja todavía me invade cada vez que pienso en la historia. Os he avisado porque, pese a lo que el título pueda sugerir, "Los amores de Sylvia" es un relato triste, muy triste. Sobre todo no esperéis encontrar una historia de amor.

Ante este dato, muchos decidiréis no embarcaros en una lectura tan deprimente, pero yo solo puedo deciros una cosa, la novela no esta escrita por cualquiera. Los que os habéis acercado ya a la obra de la autora, conocéis la magistral capacidad de Gaskell para esbozar  el fiel retrato de localizaciones, costumbres y personajes. En este aspecto, "Los amores de Sylvia" no decepciona; es más tiene una fuerza descriptiva y una atmósfera que te envuelve completamente desde el primer capítulo. Así pues, los valientes, que sigan el viaje conmigo.

Mientras uno está leyendo la novela piensa que no es extraño que Gaskell decidiese ambientar su historia en los inhóspitos acantilados de Monkshaven. Todo en el libro tiene un carácter salvaje y nos traslada a un tiempo en que las pasiones y las fuerzas de los elementos se desataban violentamente. Muy pocas veces el sol hace su aparición a lo largo de la historia. Esta es una narración velada por las brumas, la lluvia y el embravecido oleaje del mar del Norte. Mirad como describe Gaskell la situación del pequeño pueblo:

"Los páramos salvajes y desolados circundaban Monkshaven por tierra con la misma eficacia con que lo hacían las aguas por mar".

Así es como uno se siente al leer la novela, completamente aislado entre una naturaleza hostil que hace aflorar los peores instintos de las personas que la habitan. Y es que si hay algo que caracteriza a la novela es que más que una novela realista, donde personajes de distintas clases sociales se enfrentan, estamos ante el enfrentamiento de distintos caracteres y sentimientos. 


Sylvia y Kinraid charlan bajo la furiosa mirada de Philip
Por un lado tenemos a los personajes que anteponen sus impulsos  al uso de la razón. Ahí tenemos a Sylvia y a su padre (personaje que me encantó pese a ser un zoquete de mucho cuidado). Por otro, tenemos a personajes con caracteres totalmente opuestos: Bell (la madre de Sylvia), Alice Rose y Hester, siempre piensan en las consecuencias de sus actos y en como estos pueden afectar a los demás. No quiere decir que haya personajes buenos y malos porque en esta novela todos son ambas cosas, como en la vida misma.

En todo caso si para mi hay un personaje clave en esta historia, ese es Philip.

Este tiene todo lo que un joven puede necesitar para ser feliz: una buena educación, un floreciente trabajo, amigos que lo aprecian y una mente lúcida que le guia hacia las buenas acciones. Pero todo se difumina cuando Sylvia se cruza en su camino. En su ciega pasión todo lo demás deja de tener importancia para él. Nada es suficiente ni valioso si Sylvia no está a su lado. Claro está que cuando Sylvia elige prometerse con Kinraid en vez de con él la obsesionada mente de Philip no cesará en su intento de conseguirla. Así que cuando las circunstancias le brindan la oportunidad de cumplir su propósito, no hay educación ni moral que valga para frenar sus acciones; incluso sabiendo que está conduciéndolos a todos hacia la tragedia.

Una tragedia que se presagia desde el principio de la novela, y que va ganando en intensidad hasta llegar a unas escenas finales que te rompen  el corazón literalmente (las escenas de Philip en los últimos capítulos de la novela son desgarradoras y no puedes evitar pensar que el castigo que Gaskell le impone por sus faltas es desmesurado).

Esa es la gran pega que para mi tiene la historia. La parte final peca de efectista y  las actitudes de los personajes están llevadas al extremo; tanto que a veces no puedes creer que actúen de semejante manera. Sylvia no tiene nada que ver con el resto de heroínas de Gaskell y me ha sido muy difícil conectar con ella. Es que hay veces que me daban ganas de gritarle: "Niña reacciona por Dios ¿como puedes ser tan cenutria e inconsciente?". Es un personaje realmente desconcertante y parece que nunca podamos llegar a comprenderla, que se guarde sus razones herméticamente y aparezca como incompleta a nuestros ojos.


Sylvia se arrepiente de su matrimonio y
guarda luto por Kinraid
Pero claro todo esto es necesario para que Gaskell cumpla el objetivo para el que escribió la historia, dar al lector una lección. Esta es que, al igual que Sylvia y Philip, las personas no podemos evitar alejarnos de lo que podemos tener para perseguir cosas que, sencillamente, no pueden ser. Muchas veces nos guiamos cegados por  impulsos en vez de por la razón y esto puede tener terribles consecuencias  para nosotros mismos y los que nos rodean.

Esta fue una de las razones por las que Gaskell ambientó su historia en el pasado. Para demostrar que la educación y la civilización actúan de forma positiva en el carácter de las personas, regulando sus impulsos más animales y guiándolos hacia la felicidad. Creo que aquí nuestra Gaskell pecó de inocencia ¿acaso las normas y la educación de la época victoriana en la que ella vivía o incluso de nuestra época han conseguido domar nuestros más terribles instintos?

Es evidente que si. La educación y la civilización han tenido un beneficio enorme en nuestros comportamientos y en la actitud con la que nos desenvolvemos en sociedad, pero aún así, tenemos dentro de nosotros  impulsos, tanto buenos como malos, que una vez avivados son terriblemente difíciles de dominar.

Como véis a pesar de ser un Gaskell no le doy un Coup de coeur. Debo ser sincera y la historia, a pesar de que he disfrutado mucho su lectura, no es de lo mejor de la autora. Aún así os animo a leerla, aunque si es vuestro primer Gaskell id mejor a por otra de sus novelas :)

Feliz lunes a tod@s!

miércoles, 24 de abril de 2013

IMM 4, botín libresco de Sant Jordi



Aquí está el resultado de mi escapada libresca de ayer. Por falta de tiempo tuve que limitar mi búsqueda a algunas librerías de la Rive Gauche, pero estoy contestísima con el botín. Hay un poquito de francés, inglés y castellano, así que todas mis partes (la de francesa de adopción,la anglófila y la española de corazón) están satisfechas :) Veamos lo que hay en el menú:

La Cartuja de Parma, de Stendhal. Creo que ya era tiempo de darle una oportunidad o otro de los más destacados representantes del realismo francés. He elegido La Cartuja de Parma por dos razones; primero porque según la crítica tiene una trama más novelesca que El rojo y el negro y segundo porque me apetecía volver a leer alguna novela ambientada en Italia. (Si no recuerdo mal la última que leí fue "Los novios" de Manzoni). La Cartuja, narra las aventuras de Fabricio del Dongo, un joven patricio de la región italiana de Lombardía. Junto a él viviremos los últimos años de la supremacía de Napoleón en Europa. 

El país del delfín verde, de Elizabeth Goudge. Bueno esta fue una de las grandes sorpresas del día. Llevaba un montón de tiempo detrás de hacerme con esta novela, pero nada, imposible. Y al final ha sido ella la que me ha encontrado a mi en uno de los puestos de Bouquinistes del Quai Voltaire. Si veis como la agarré cuando la vi en el puesto jajaja cualquiera me la quitaba!
Seguro que conocéis las novelas landscape que tan de moda se han puesto...pues aquí tenéis una precursora publicada en 1944. La historia transcurre en 1840; Marguerite y Marianne dos hermanas originarias de la isla de Guernsey (Canal de la Mancha) se embarcan hacia Nueva Zelanda en busca del amor de William, el joven del que ambas están enamoradas. 
Muero de impaciencia por empezarlo!!

La trama nupcial, de Jeffrey Eugenides. Esta era otra de las novelas que estaba esperando como agua de Mayo. Después de conquistarme con sus novelas anteriores (sobre todo Middlesex) que contenta me puse al saber que Eugenides publicaba un nuevo trabajo. Solo os pongo una pequeña parte de la sinopsis de su edición inglesa:

"¿Están totalmente acabadas las grandes historias de amor del siglo XIX? ¿O puede ser posible una nueva historia que guarde su esencia, pero abierta a la realidad actual, al feminismo, la libertad sexual, los acuerdos prenupciales y el divorcio?

A mi con estas tres líneas ya me ha conquistado; solo espero que se cumplan mis altas expectativas!!

The country of the pointed firs, de Sarah Orne Jewett.  Esta fue la joyita que me llevé de Shakespeare&Co (que estaba tan abarrotado como de costumbre). Fijaos lo que dice en su prefacio otra de las grandes novelistas norteamericanas Willa Cather: "Si tuviera que nombrar tres libros americanos con posibilidades de disfrutar una larga vida de reconocimiento, escogería: La letra escarlata, Huckleberry Finn y El país de los abetos puntiagudos..."
Este último, escrito en 1896, narra el retiro de una escritora, que en busca de inspiración, se refugia en su Maine natal.  Con su conjunto de relatos conseguirá acercarnos a la vida cotidiana de esos pueblecitos que parecen dormidos bajo la silueta blanca de sus faros. No pude evitar comprarlo porque tengo debilidad por la Historia y la literatura de Nueva Inglaterra. (Una de las asignaturas que más disfruté en la carrera).

Diario de adolescencia, de Virginia Woolf. Bueno y como colofón tenemos a Virginia. Me daba mucho respeto empezar con ella porque los comentarios refiriéndose a su obra como "es muy compleja" o "no es para todo el mundo" me acobardaban bastante, la verdad. Bueno pues me aventuré primero con su ensayo "Una habitación propia" y definirlo como brillante es quedarse corta. Con la lucidez de su escritura todavía en mente cogí "Las Olas" y ahí si que supe a que se referían con difícil. Nunca había leído nada como esto. No eran unos personajes o una trama novelada al uso; eran fogonazos de imágenes y de sentimientos, uno tras otro, tan vívidos que parecían fotografías de instantes. 


Antes de seguir con sus otras novelas, necesitaba conocerla, intentar descubrir  como llegó a escribir de esta manera. Y mejor aún que una biografía (aunque si alguien ha leído alguna interesante me encantaría que me diera referencias) he decidido leer sus diarios. Este que veis es el primer tomo (en su versión francesa), que continua con su "Diario íntegro". 


Y hasta aquí las novedades! Espero que tod@s pasaseis un día del libro estupendo!

PD. Mamá (que se que me lees siempre), millones de gracias por el Sant Jordi que me espera en Alicante, ojalá hubiera podido ir contigo en tu búsqueda librera... Crearé un poquito de suspense y ya desvelaré su contenido cuando por fin lo tenga entre mis manos en Junio :)

PD2. Papá que ya te he visto en la tele bien guapo!! Jeje te han pillado con las manos en la masa en plena Feria del libro :)

martes, 23 de abril de 2013

Feliz día del libro


"Los libros no se han hecho para servir de adorno: sin embargo, nada hay que embellezca tanto como ellos el interior del hogar" Harriet Beecher Stowe

Feliz Sant Jordi a tod@s!
Ya se que vuestros hogares están plagados de libros, pero hoy es un gran día para ampliar la colección de nuestra biblioteca. Es por ello que os deseo una jornada llena de paseos entre estanterías, de caminatas por las librerías de vuestras ciudades y de bolsas repletas de bellas historias.
Como colofón pararos frente a una floristería; no tiene porque ser una rosa pero llevaros con vosotros el ramito de flores que más alegre vuestros ojos. Una inocente margarita o un ramo de modestas, pero fragantes violetas, puede servir a la perfección. Y es que ¿hay algo más bonito que llegar a casa con montones de libros y un trozo de Primavera entre las manos?

Nos vemos al final del día para descubrir nuestros nuevos tesoros :)

lunes, 22 de abril de 2013

Domingo en un "village français"


Nuestra calle, lugar de animación constante
Como todos los domingos, hoy hemos salido a dar un buen paseo. Ahora que por fin el tiempo es más clemente y empieza a florecer la vida por todas partes, la caminata resulta muchísimo más agradable. Eso si, nuestra calle y sus alrededores siguen tan desiertas como de costumbre. Es muy sencillo, la gente solo se detiene en la plaza del Mercado y en la estación de tren. El resto es lo más parecido a un no man's land que podáis imaginar. ¿Donde quedó mi sueño de hacer como Bella (enlace) en su pequeño pueblecito francés? "Esta es mi pequeña aldea..." 

Hombre no es que fuera a ponerme a cantar como una descosía, pero hubiera estado bien cruzarme con el panadero, cotorrear con la tendera, ser la envidia de las cabareteras... Enfín si esto ya era complicado, hacerle una visita al librero es simple y llanamente imposible. En nuestro pueblecito lo que más se acerca a una librería es el quiosco.
Y ya se sabe a falta de pan, buenas son tortas! Menos mal que está muy bien surtido y al final siempre acabamos picando algo. Como siempre mi elección fue de lo más lógica. ¿Como maldecir tu suerte y la amplitud de tu minúsculo habitáculo? Pues comprándote una revista donde la casa más pequeña tiene una parcela de 1000m. Vamos que de nuevo la Bella me la ha jugado buena; a ver ¿donde demonios está el Ala Oeste que me corresponde?

Menos mal que la elección de Jean ha sido mucho más provechosa. Primero por el delicioso recorrido por Andalousie (válgame como queda el nombre en francés) que hace la revista, y segundo porque uno de los artículos estaba dedicado a la región de los Dolomitas, una preciosa zona  de Italia, protagonista de uno de los libros que estoy disfrutando ahora.

Salvada por los Dolomitas y Amelia Edwards
Me encantan los cuadernos y diarios de viaje antiguos. Sus autores fueron a menudo verdaderos pioneros, que en pleno siglo XVIII y XIX, se atrevieron a adentrarse en lugares totalmente aislados y desconocidos para la gran mayoría de sus compatriotas. Cuando en mi última visita a Gibert Jeune di con el libro de Amelia Edwards, "Una dama en los Dolomitas" no dudé un segundo en llevármelo a casa.

Edwards fue, además de periodista y novelista, una reconocida egiptóloga inglesa. Su amor por Egipto solo podía equipararse al que sentía por hacer las maletas y emprender camino hacia cualquier parte.
Acabo de empezar este viaje con ella y no creáis que ha dejado algún detalle al azar. Lo primero que hace es poner sobre aviso a los futuros viajeros. Para sobrevivir en nuestro periplo por las montañas, debemos equiparnos con lo siguiente: 

" Una pequeña provisión de té, fécula y concentrados Liebig, una o dos botellas de Brandy, un frasco de moscatel o cualquier vino dulce y un hornillo, son los objetos indispensables para garantizar nuestro bienestar durante el viaje"
El Avecrem de la época

Comprendo perfectamente lo del té, lo del concentrado de caldo (nunca sabes que mejunjes vas a tener que tragar por esos lares) y lo del hornillo, pero creo que Amelia va a tener que explicarme más adelante  para que quiere tanta botellita alcoholizada.

No se porqué pero creo que va a ser un gran viaje!

sábado, 20 de abril de 2013

Gigi de Sidonie-Gabrielle Colette

Colette en su ventana del Palais Royal
Hace unos días, después de una fructífera mañana en la Bibliothèque de l'Arsenal, aproveché que el sol por fin brillaba sobre París y me encaminé hacia los jardines del Palais RoyalBajo el brazo llevaba  "Gigi" y si había decidido ir a leerlo allí no era en absoluto por casualidad. 

Colette, su autora, había pasado  los últimos años de su vida, en el número 9 de la Rue de Beaujolais. Las ventanas de su piso se abrían a los mismos jardines donde yo me encontraba y fueron estas vistas las que inspiraron sus últimas obras, entre ellas Gigi. Esta breve historia, ambientada en la Belle epoque, fue acogida con gran entusiasmo cuando fue publicada en 1944. Y no es de extrañar, ya que aún con la terrible guerra de fondo, el público pudo olvidar por un instante el sombrío presente y trasladarse de nuevo al dorado año de 1899.

Es justo entonces cuando la novela da comienzo y en un modesto apartamento parisino conocemos a Gilberte nuestra protagonista. Gigi, como la llaman cariñosamente su madre y su abuela, es una jovencita algo patosa y desgarbada pero de belleza prometedora.

Burgués con selecta y cara compañía
Nieta y sobrina de antiguas "courtisanes" Gigi ha crecido escuchando los escándalos y las hazañas de las grandes meretrices parisinas; pero como una flor que se niega a abrirse demasiado pronto, conserva la inocencia y la frescura propia de sus quince años.  Su vida transcurre tranquila entre  la monotonía de la escuela y las constantes lecciones impartidas por su abuela, Mme Alvarez y su tía Alicia de Saint-Efflam.  La pobre Gigi debe aprender a distinguir los kilates de las joyas, a mantener la postura de sus piernas, a saber elegir los mejores puros y a  comer con elegancia la langosta a la americana. Según su tía esta es la única formación que necesita una muchacha para triunfar en la vida.

Pero si hay algo que consigue ilusionar a Gigi son las frecuentes visitas de Gaston Lachaille, un joven y apuesto heredero, que encuentra en casa de Mme Alvarez, la antigua amante de su padre, un reducto de paz en medio de su desenfrenada existencia. 
Toda esta paz se desvanecerá el día en que Gastón anuncia su ruptura con la que ha sido su última amante. A ojos de Alicia y de Mme Alvarez esta es la oportunidad perfecta para que Gigi se de a conocer al mundo  ¿que mejor reputación para ella que empezar su carrera de cortesana del brazo del acaudalado Gastón? 


Gigi, de niña a ¿futura cortesana?
Todo parece arreglado de antemano, y ante Gigi se vislumbra un futuro de lujos inimaginables; pero lo que nadie espera es que, bajo su aparente inocencia, la joven tiene muy claro  que jamás consentirá convertirse en la mantenida de ningún hombre, ni siquiera del propio Gastón que sin darse cuenta ya ha caído rendido ante la inocencia y el encanto de la bella Gigi.
  
                                     


Lo primero que pensé al pasar la última página fue: !No puede terminar! !Necesito otras cincuenta páginas por lo menos! Y es que si el relato tiene una única pega es que desgraciadamente se hace demasiado corto.  Es la primera vez que leo a Colette y, aunque había oído muchísimas alabanzas de su talento, no puedo creer que haya esperado tanto tiempo para juzgarlo por mi misma. 


Escenas de la adaptación cinematográfica con
 Leslie Caron como Gigi
La verdad es que yo no soy muy aficionada al relato breve y cuando vi lo cortito que era el libro enseguida pensé que me iba a saber a nada. Pero ilusa de mi no sabía que estaba ante una de las "grandes". Solo un excelente escritor puede, en tan solo sesenta páginas y dos escenarios (la historia transcurre únicamente en el apartamento de Gigi y en el de su tía), recrear un mundo que nos absorbe completamente.  Las frases, justas y directas, describen el ambiente con exquisito detalle. Colette tiene ese talento, que pocos escritores poseen (y que yo atribuyo más a las escritoras británicas), de captar las banalidades cotidianas y dotarlas de una apariencia extraordinaria. No os exagero si os digo que he sido capaz de percibir los olores del desayuno que prepara Mme Alvarez o el de la fragancia de lavanda que desprende Gigi cuando se prepara para ir al colegio. La misma paz que sentía Gastón cuando entraba en ese cálido y hogareño universo, formado por tres generaciones de mujeres, la he sentido yo en cada página.

Pero lo que más me ha impresionado es que la autora consigue dotar a los personajes y a las situaciones de tal realismo, que hasta he aceptado sin condenar a nadie, que Gigi estuviese siendo preparada para convertirse en prostituta de lujo. Solo me he limitado a observar y a  disfrutar de la historia sin emitir ningún juicio; exactamente como si estuviese leyendo la novela con los ojos de una lectora de aquella Belle Epoque.
Si a esto le sumamos que el personaje de Gigi es cautivador, los diálogos ingeniosos y la historia increíblemente tierna, ya podéis imaginar lo mucho que me ha gustado.   Os la recomiendo con los ojos cerrados.

Otra de las cosas que me ha encantado es que Colette introdujo los nombres de célebres cortesanas entre las páginas de su novela. Siempre me había llamado la atención ese mundillo de opulenta decadencia, así que ya no había excusa para documentarme un poquito más.  Gracias a un libro de la biblioteca (algo viejo y difícil de encontrar más allá de las librerías de ocasión)  pude hacerme una idea de la tumultuosa existencia de estas mujeres.

De izq. a der. Liane de Pougy, Marguerite Bellanger, la Bella Otero,
Cléo de Merode, Cora Pearl
Emilienne d'Alençon, Mata Hari, Leonide Leblanc
Recibieron un sinfín de nombres "Courtisanes, cocottes, demi-mondaines, lionnes, grandes horizontales (este último  me encanta por que no puede ser más explicito) y en sus momentos de gloria tuvieron en la palma de su mano a los hombres más poderosos de su tiempo. Pasar una noche entre sus encantos llegaba a alcanzar cifras tan astronómicas como los !20.000 francos! (calderilla vamos) No es de extrañar que para estas mujeres su cuerpo representara su mayor capital. Se vendían al mejor postor y todo era poco para conservar su apariencia y hacer frente a la feroz competencia. 

La cara más oscura de la moneda es que la belleza es el más efímero de los dones; una vez marchitas y con sus amantes desaparecidos, muchas de ellas se encontraron en la miseria con el recuerdo como único testigo de su gloria. 
El único consuelo, compartido con muchos de los personajes más trágicos, es que el relato de sus vidas constituyó un material de excepción para los novelistas. Así Zola creó a "Nana", Dumas a la "Dama de las camelias" y Colette hizo lo propio con "Gigi", aunque ofreciéndole un merecido final feliz. 
De esta forma la literatura cogió el testigo y les ofreció el regalo que ni todo el oro de sus amantes habría podido comprarles, un huequecito en la posteridad.

Que tengáis un muy feliz fin de semana :)

lunes, 15 de abril de 2013

El olvidado arte de guardar secretos de Eva Rice

Cuando tengo que coger el avión (algo, para terror mio, bastante frecuente en estos últimos tiempos), intento encontrar un libro que se adapte a las circunstancias. Primero y principal, este jamás debe tratar de aviones, de accidentes o de cualquier tragedia relacionada con viajeros, no esta el corazón relajado como para añadirle tensión al pobre; segundo no debe pesar mucho, sobre todo si una viaja en Ryanair y tercero debe tener una trama ligera (pero no insustancial), que nos permita interrumpir la lectura en los momentos de facturación, embarque y eventuales conversaciones con un compañero de asiento parlanchín.

Para estas vacaciones había encontrado un libro que parecía cumplir el cometido a la perfección. Londres, años 50, una vieja mansión, dos jovencitas que se encuentran por casualidad a la hora del té, un aire de Rock and roll...¿Acaso necesitaba un solo detalle más para tentarme? Así pues, elección hecha, el librito se paseó conmigo por la terminal de Alicante y me acompañó hasta el momento de aterrizar en Orly. No duró lo nuestro ni un solo minuto más y es que…¡Me lo devoré de una sentada! 

La locura del Rock and Roll
En 1954, Penelope Wallace nuestra protagonista, tiene dieciocho años. Junto a su madre y su hermano  vive en una imponente mansión que se cae a pedazos, último vestigio de la antigua riqueza familiar. Huérfana de padre, fallecido en el frente, Penelope es una chica tímida que reparte su tiempo entre sus clases en una escuela de arte, su trabajo a tiempo parcial en una tienda de antigûedades y los interminables días en Milton Magna Hall, la decrépita mansión familiar. Pero en el fondo, lo que ella desea, es una vida más trepidante, bien alejada de las monótonas costumbres británicas y más parecida a la de esos jóvenes americanos y sus alocadas diversiones.
Ese sueño se hace realidad cuando conoce por casualidad a Charlotte, una jovencita con la que comparte su pasión por el rock and roll. Gracias a Charlotte y a su excéntrico primo Harry, que se mueven como pez en el agua entre los saraos de la nueva juventud dorada londoniana, Penelope, como el resto de su generación, dejara atrás los horrores de la guerra y buscará la felicidad en un mañana que parece prometedor.



¿Os apetece un "Grease" a la inglesa? Pues aquí tenéis muchos de los ingredientes necesarios. Tenemos música, bandas de "Teddy boys", jovencitas de buena familia y bailes de ensueño, pero hasta aquí las similitudes con el ambiente americano! Esta es una novela so british; y no solo por que tomemos el té con scones de gengibre, y cantidades ingentes de mermelada de grosellas. 


Teddy boys al acecho de señoritas
El contexto y el ambiente británico está muy bien logrado y me han encantado los constantes guiños que hace la autora a la cultura popular y a la literatura británica.  En esa bien recreada atmósfera, Milton Magna Hall se lleva el primer puesto en cuanto a escenarios. Pasear por las estancias del hogar de Penélope, es como disfrutar de unas verdaderas vacaciones en la campiña inglesa, aunque todo hay que decirlo, unas no muy alegres vacaciones. El fantasma de la guerra sigue planeando por la casa y sobre todo en el pensamiento de sus habitantes.

Durante la lectura sentimos enseguida que estamos en un país en reconstrucción y  gracias a  la entrañable galería de personajes que tenemos delante, la autora muestra el contraste entre una generación que todavía llora las perdidas y una juventud llena de ganas de vivir. 
Y esto es lo que más me ha gustado de la novela, que pese a que es una trama ligera, la autora no ha descuidado ni a uno solo de los personajes. 
Todos están bien cuidados y es muy fácil cogerles cariño. Penélope y Charlotte son encantadoras y es fácil identificarse con sus complejos y sus dudas hacia el amor y el futuro, propias de cualquier adolescente. Pero si tengo que elegir un personaje, sin duda, me quedo con Harry, el excéntrico primo de Charlotte. Desde el primer instante me lo imaginé con el aspecto de mi querido Ben Whishaw. Es irónico y siempre tiene un comentario malévolo en la punta de los labios, pero enseguida se le ven sus intenciones y sabemos que solo es así con las personas que le importan de verdad, como Penélope.


Penelope y Harry
Es cierto que tenemos una historia de amor, un secreto y momentos emotivos, pero el eje central de la historia es mostrar el tremendo impacto que el "American Way of life" tuvo en la sociedad británica. Todo esta invadido por el sentimiento de que lo que viene del otro lado del Atlántico es con diferencia mucho mejor que lo de casa. La música, la ropa, el cine, hasta los electrodomésticos cautivan a pequeños y mayores. Y de todo ello es de lo que vamos a disfrutar en la novela, de esa ambiente de fiesta y consumo desmesurado que caracteriza a los años 50.

No esperéis pues un libro profundo, que vaya a dejaros una huella intensa, sino una historia alegre y optimista que se lee en un suspiro. Uno de esas novelas perfectas para leer durante el trayecto de un viaje en tren o avión o para intercalar entre dos lecturas más densas. 

Y ahora no puedo evitar compartir con vosotr@s algunas imágenes de vestidos que fui viendo mientras hacía la reseña. Es que me he enamorado de todos! Ya me estoy viendo con ellos puestos, al estilo de Penélope y Charlotte, mientras bailo al ritmo de la música de Elvis y de Johnnie Ray :) 
Feliz comienzo de semana para todos!

Me llevo uno de cada!

jueves, 11 de abril de 2013

Coups de coeur


Desde que convertí el francés en mi lengua cotidiana, un puñado de palabras y expresiones me robaron el corazón (eso si, una vez que conseguí pronunciarlas y no maldecirlas por su existencia). 
" Délicatesse, coquelicot, hirondelle, brouillard, romarin..."*
"Cucul la praline, L'été indien, Un froid de canard..."*

Que bien suenan en una frase y como me gusta utilizarlas aunque no vengan a cuento.
Pero, si hay una expresión que adoro, esa es Coup de coeur. Algo así, traducido literalmente, como "golpe en el corazón". No penséis en un flechazo... no, no; se trata de algo mucho más sutil, profundo y duradero. Eso mismo que se siente al cerrar un libro con una sonrisa o con lágrimas en los ojos. Un toquecito en el corazón que te advierte: "Haz sitio en tu memoria, porque jamás podrás olvidar ya esta historia".

No he podido encontrar una calificación mejor que esta para esos libros que consiguen anidar  en mis recuerdos. Por eso, cada vez que al final de una reseña veáis el corazón rodeado de lavanda, sabréis que estáis ante uno de mis más bellos hallazgos...
Ojalá acierte, aunque sea una sola vez, y consiga acercaros uno de los nuevos tesoros de vuestras estanterías.

*"Delicadeza, amapola, golondrina, niebla, romero..."
*"Cursi, Veranillo de San Martín, Un frio que pela..."


martes, 9 de abril de 2013

The summer before the storm de Gabriele Wills

Allá por el mes de febrero, Isi organizaba el sorteo de esta novela y claro, en el mismo instante en que leí su argumento supe que tenía que participar: I guerra mundial, Canadá y sus paisajes, una familia de la alta sociedad y un misterioso recién llegado...SOS, SOS, María tocada de nuevo por el implacable bichejo de la tentación literaria.

Eso si, no todo iba a ser fácil; dos detalles a tener en cuenta eran que el libro además de estar en inglés tenía la friolera de 550 páginas. La respuesta instantánea de mi organismo no se hizo esperar: con la manos frías tuve que hacer el llamamiento de todas mis neuronas pro british para presentar batalla: "Formen filas, presenten armas; el reto british no ha terminado", "Repito, después de los readathones el reto british continua..." 
Varias semanas después, la operación ha sido superada con éxito (las milicias inglesas de mi cerebro ya se han dispersado jejeje) y aquí tenéis por fin mis impresiones.


Veranos de antaño en el Lago Muskoka
Corre el verano de 1914 y los Wyndham, con Augusta la matriarca a la cabeza, disfrutan de las delicias de la estación estival en su inmensa propiedad del lago Muskoka, uno de los más bellos de Canadá.
En el centro de todas las miradas está Victoria, la nieta predilecta de Augusta; una jovencita impulsiva, inmadura y preciosa que siempre anda en busca de nuevas emociones. 
Siguiendo la tradición Victoria espera pasar otro inolvidable verano junto a su numerosa familia y el resto de sus poderosos vecinos. Pero, en realidad, nada resultará como ella había previsto y varias tormentas removerán los cimientos de su hasta ahora plácido y feliz mundo. 
Un nuevo miembro de la familia, regresa para recuperar el lugar que le pertenece por derecho y las intrigas familiares no tardarán en invadir los pasillos de la mansión Wyndham. Mientras, la impulsiva Victoria, despertará al deseo y al amor entre las aguas del lago. Pero cuando el amor nace en tiempos de guerra, se ha de estar preparado para hacer frente a grandes y dolorosos sacrificios. El idílico verano está a punto de acabarse y nadie será el mismo cuando caigan las primeras hojas del otoño.



Como ya he avisado antes (y el que avisa no es traidor), estamos ante una novela bastante larga y aún hay más...Este es tan solo el primer volumen de una trilogía! No es de extrañar por eso que la autora haya concebido esta primera parte como una gran introducción a la familia Wyndham, a su paraíso del lago Muskoka y a su privilegiado estilo de vida.


La impulsiva y romántica Victoria
La mayor parte de la trama transcurre en las orillas del lago, dejando para el final la parte más trágica de la historia localizada ya en la Inglaterra de la IGM.  Debeis  estar preparados para conocer a muchos, muchísimos personajes. Los Wyndham, los Thornton, los Carrington y los Carlyle son los nombres de las adineradas familias que veranean en Muskoka. Junto a ellos encontramos a sus conocidos, que llegan a Canadá desde diversos rincones del mundo y a los sirvientes, que hacen posible sus ociosas existencias. Estad atentos por que la autora introduce entre los personajes ficticios, algunas personalidades históricas que es interesante ir descubriendo durante la lectura. Yo fui ampliando información sobre ellos y es una muy buena forma de comprender y adentrarse aún más en el contexto del relato.

Pero entre todo este gran fresco de personajes, dos de ellos acapararon desde el principio toda mi atención: Jack y Victoria. Y no por que me gustasen sus comportamientos sino por todo lo contrario, me cayeron mal desde el primer momento. La inmadurez y el comportamiento caprichoso de Victoria me sacaba de quicio y ¿que decir del frío, calculador y despreciable Jack? Cada vez que aparecía lo odiaba, pero al igual que con Victoria, tenía el presentimiento del gran cambio que iba a producirse en ellos con el devenir de la historia; era imposible quitarles la vista de encima a estos dos.


Chas y Victoria al final del verano
Pero más que los personajes, cuyas personalidades están a veces un poco desdibujadas y faltas de intensidad (claro hay tantos que es imposible dedicarles más tiempo a cada uno de ellos supongo) lo que más me ha gustado de la novela es la atmósfera que desprende. Las localizaciones y las descripciones del entorno y el universo de los Wyndham me han cautivado totalmente.

Me ha encantado imaginar las travesías en canoa que los personajes hacen para trasladarse de una propiedad a otra. Asistir a sus veladas y bailes mientras las estrellas reflejan su luz en la superficie del lago. Ser partícipe de los besos que nacen en sus orillas y los amores que se consuman en los rincones más escondidos de las pequeñas islas del Muskoka. 
Todo tiene el sabor de los sueños de juventud y de las esperanzas puestas en un futuro prometedor. Algunos sueños son más maduros que otros, como el deseo de Zoe de estudiar, descubrir y mejorar el mundo, frente al deseo más egoísta de Victoria de disfrutar de los placeres sin preocuparse de lo que pase a su alrededor. 
Otros como Jack o Helene persiguen la riqueza y el poder a cualquier precio, y Chas simplemente busca una oportunidad de asociar su  persona a algún acontecimiento glorioso ¿que mejor que una guerra en el horizonte para conseguir su objetivo?


El hundimiento del Lusitania, uno de los episodios centrales del  libro
Por eso disfrutas aún más de esa atmósfera de optimismo y belleza, por que sabes perfectamente que será efímera y esperas temerosa el momento en que todo va a desvanecerse.  La autora consigue adentrarnos perfectamente en este cambio de escenario y el dolor remplaza rápidamente a la felicidad de los días de verano. Lo que más me ha gustado de esta segunda parte son las cartas que intercambian los personajes que participan en el conflicto con los que se han quedado en los ya no tan alegres paisajes canadienses del Muskoka.  Unos y otros comparten su día a día, tanto las buenas como las más terribles noticias, y el intercambio epistolar te hace ser aún más participe del dolor de los que envían y reciben las misivas.

No se si os animaréis a leerla en inglés o si algún día la historia llegará a ser publicada en castellano. Por mi parte tengo muchísimas ganas de saber que ocurrirá con Victoria y el resto de personajes! Por lo que he leído parece que la segunda parte de la trilogía traslada la acción  a Francia, uno de los territorios que más sufrió los horrores de la guerra. 
No os voy a negar que me hubiera gustado mucho que la autora profundizara un poco más en la caracterización de los personajes; pero pese a ese detalle creo que es una bonita novela histórica que merece la pena leer. Tiene todos los ingredientes de una buena historia y además algo que es mucho más difícil de conseguir, una atmósfera propia que te hace sentir nostalgia una vez que te alejas de ella.   Las aguas del Muskoka siguen brillando en tu memoria y  no puedes evitar querer visitarlas de nuevo, una vez lleguen los luminosos y eternos días del verano.

viernes, 5 de abril de 2013

La garçonne de Victor Margueritte


Ahora si que si, recién llegada a París retomo al blog con total normalidad. Que ya está bien de tantas vacaciones y ahora deben disfrutarlas otros :) He leído bastante durante estos días y no puedo esperar para compartir con vosotros varias nuevas joyitas que he tenido el placer de descubrir; pero debo hablaros hoy de la última novela que leí antes de volver a España. Hace unas semanas no me dejó indiferente y el paso de los días no ha borrado ni un ápice la intensa impresión que sentí el día que la leí. 

Cada época tiene su best seller y cada generación se ve inmortalizada para bien o para mal, por el ojo crítico del escritor.  Hoy os traigo la novela que recoge la esencia, no solo de los "locos años veinte", sino de la mujer que nació con ellos y los revolucionó . 

"La garçonne", que así se titula el libro, se convirtió en un verdadero fenómeno editorial cuando se publicó en 1922. En cuatro días se vendieron, veinte mil ejemplares y se mantuvo como la novela más vendida durante muchos meses; sin embargo, como muchas veces sucede, su popularidad cayó rápidamente en el olvido. Tan fulminante fue su ascenso como su caída. Y es que el drama de la IIGM borró pronto los excesos y la euforia de aquellos despreocupados y revolucionarios años.
En el imaginario sin embargo, ha permanecido la instantánea de esas chicas ataviadas con flecos y perlas, fumando con boquilla y luciendo esa melenita corta y oscura, nunca antes vista en ninguna mujer. Este peinado se conoce como coupe à la garçonne y si a alguien debemos el origen de tal denominación es a la novela de Victor Margueritte

Elegancia de los 20's
La protagonista de la historia es Monique Lerbier hija única de una familia de la alta burguesía parisina. Bien educada en los preceptos de la época, es una chica sensible y soñadora cuyo mayor anhelo es compartir su vida junto a Lucien, su prometido. Un joven por el que siente un amor incondicional y con el que quiere poner en marcha el proyecto para el que ha sido preparada: casarse, formar una familia y vivir en la paz de un hogar feliz. 
Pero cuando descubre la infidelidad de Lucien y las verdaderas intenciones de su familia, que solo la ven como un mero objeto de cambio en  el mercado matrimonial, Monique decidirá romper con una sociedad repugnante y la doble moral que la caracteriza.
Uno a uno, transgredirá todos los límites establecidos: drogas, depravadas prácticas sexuales, indiferencia ante el mundo que la rodea y la glorificación de una independecia absoluta, tanto afectiva como económica. Pero cuanto mas hondo cae en ese mundo de hedonismo, Monique se da cuenta de la triste existencia que lleva y de que esa no es la vida que desea para ella. 


Estas chicas...un escándalo!
Con esta sinopsis ya os podéis imaginar que es imposible quedar indiferente ante la historia de Monique. Todo en la novela nos invita a ponernos en su piel desde el momento en que la conocemos siendo una niña. 
Gracias a la cuidada ambientación, el autor guia a su protagonista, y a nosotros con ella, por su descenso desde el vacío esplendor de las habitaciones burguesas hacia los infiernos de los prostíbulos y los fumaderos de opio parisinos. Estas escenas son bastante fuertes y el autor no escatima en detalles, así es que en este aspecto puedo comprender el escándalo que desencadenó la novela entre amplios sectores de opinión de la época. 
El realismo impregna todos estos escenarios y sobre todo a los personajes que los habitan.

Lucien, el prometido, es un nuevo miembro de mi lista de personajes literarios a odiar por los siglos de los siglos. Cínico, trepador, amoral, no duda en confiar a los lectores sus verdaderas intenciones (casarse con la protagonista, ignorarla en su lujosa futura casa y vivir la gran vida gracias a la fortuna que ella heredará); pero aún más que a él, odio a la madre de Monique. Ella conoce perfectamente  a Lucien y no duda en vender y sacrificar a su propia hija. El momento en que Monique rompe con su familia y echa en cara toda la falsedad de su conducta a su madre fue sublime. Solo me faltó arrancar en aplausos hacia la protagonista.

Junto a Lucien y a su familia aparecen los personajes que acompañan a la protagonista en su periplo por el desenfreno. Entre ellos me marcó muchísimo Anika, una pintora, que acaba siendo adicta a las drogas y cuyo final es terrible. 
Y como contra punto a este mundillo aparecen personajes como Georges, un bohemio pero íntegro profesor,  que finalmente mostrará a Monique que es posible encontrar la independencia y la libertad sin renunciar al amor y a una familia en la que confiar. Será él quién  enseñará a Monique que los lazos que nos unen a los demás, si bien nos atan a otras personas, permiten compartir las alegrías y  aligerar las penas de nuestra existencia.

Pero más allá de la trama novelística, esta historia lo que consigue es invitarnos a reflexionar. Mientras iba leyendo me iba dando cuenta de lo desafíos a los que tenían que hacer frente las mujeres que no seguían el camino establecido. La novela muestra bien como la educación guiaba a las jovencitas hacia la familia, el matrimonio y los hijos; hacia el amor incondicional de un marido que predicaba la moral en casa para transgredirla nada más cruzar el umbral del hogar. Ante esto las hijas o esposas  solo tenían dos opciones: consentir, o bien rebelarse entrando en el lado de los condenados. 

Por eso al conocer a Monique y a las garçonnes, que ella representa, nos damos cuenta de lo audaces que fueron. Se atrevieron a mostrar a la sociedad que ellas también podían equipararse a  los hombres tanto en logros, como triunfar en una carrera profesional, como en el disfrute de  los placeres  y las experiencias más escabrosas. 
Algunas, como Anika en la novela, piensan haber conseguido su lugar al comportarse como cualquiera de los hombres más depravados. Amantes, vicios, egoísmo. ¿Acaso no era esa la libertad masculina vetada a las mujeres? ¿La verdadera fuente de la felicidad que les estaba prohibida? 
Otras como Monique, tras el desenfreno, se despiertan sintiéndose más miserables que nunca. Se dan cuenta de que han conseguido la libertad a un precio demasiado alto, renunciando hasta a su propia  feminidad. Por eso la novela puede verse como una fábula con moraleja que invita a quien la lee a plantearse varias cuestiones.

Flappers paseando modelitos
¿Cómo consigue una mujer su independencia? ¿debe renunciar a ciertas cosas para lograrlo? Como veis estas preguntas tienen hoy tanta vigencia como antaño y tan solo una misma puede encontrar la respuesta acertada.  Lo que es admirable al leer novelas como esta es que si aún hoy no conocemos una igualdad total, existe una diferencia que lo cambia todo: ahora somos libres de elegir la vida que deseamos sin miedo a la condena de la sociedad. Las garçonnes lucharon a su manera por sacar a la mujer de la oscuridad, y hombres como Victor Margueritte, conscientes de la injusta realidad que las mujeres vivían, levantaron la voz y la pluma para denunciar la falsa moral de la "buena sociedad". 

Imaginad el impacto que frases de la novela, tan ciertas como estas,  causaron en 1922: 
" La unión libre es el mas bello de los contratos"
El matrimonio sin amor es una forma de prostitución" 
"La maternidad solo tiene razón de ser y grandeza, que siendo consentida. Mejor aún si es deseada." 

La crítica, claro está, fue implacable; el autor tuvo incluso que renunciar a la Legión de Honor (título honorífico de gran prestigio en Francia) que le había sido otorgada por honores de guerra, y finalmente fue condenado al ostracismo en el mundo intelectual del momento.
Pero  lo más importante es que Margueritte ayudó a sembrar las semillas de la ansiada lucha de la mujer hacia la igualdad y, aunque hoy no pueda verlo, su novela sigue siendo un precioso testamento de ese combate.  Para mi una lectura imprescindible.

Buen fin de semana a todos :)